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PREÑAR AL MUNDO DE TERROR DESDE CANARIAS

Amenofis el Cenobita, el rapero canario que también es maestro de vudú

Bokor y DJ. Toma ya, así se define, Amenofis el Cenobita, que tiene nombre de dios pero no lo es; que parece satánico, pero tampoco. Su rap, con voz profunda y tenebrosa, llega desde Canarias. Hablamos con él a las cuatro de la mañana y pasamos miedo, algo de miedo, reconozcámoslo.

-Amenofis el Cenobita.

Amenofis el Cenobita.D.R.

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Que el tío al que entrevisto se haga llamar Amenofis el Cenobita, ya nos indica de que pie va a cojear lo que queda de texto [se regala oscuridad, dolor y trascendencia espiritual].

La primera vez que escuché su nombre fue en una conversación harto pedante, engolada y freak acerca de quién sabía más de Horrorcore. La cosa terminó cuando uno de los interlocutores pronunció su nombre, y oye, como si hubiesen pegado un tiro en el garito, todos se callaron y sincronizaron sus pensamientos. La segunda, fue aún mejor. Uno de los que estaba allí, me cuenta que 'El Cenobita' se dedica a infiltrase en retiros espirituales de cristianos para lograr que los asistentes pierdan la fe. ¡Golazo!. Y la tercera viene cuando un alma pura e incólume como la mía se pone a investigar sobre Amenofis y descubre que es referencia dentro de rap canario tan de moda en la actualidad, y que de hecho, lleva cantando veinticuatro años.

OSCURIDAD Y MÚSICA encerrados en una isla (no sé hasta qué punto mental).

Mamá, es de los míos. Mamá vamos allá.

 

La verdad es que no fue fácil hacerme con su contacto. Existe un perfil de Facebook del artista, pero que quieren que les diga, no me imagino al rey de las tinieblas atento a los “likes”. Así que a base de dar la paliza a gente que casi no conozco, me hice con su teléfono. Juro que cuando lo conseguí, pensé que me habían tomado el pelo, en su estado de wsp ponía: “Progresar, construir, aprender, olvidar, perdonar, aceptar, valorar, respetar, agradecer, <3” Tal cual. La primera reacción fue, “pero, ¿qué me estás contando?” la segunda: “Calla tú, lo mismo es el teléfono que utiliza para la secularización que está llevando a cabo”.

Hoy, a las nueve de la noche le he llamado. Nada. Le he vuelvo a llamar a las nueve y media. Nada. Y después de un buen rato jurando en arameo porque necesito el artículo para hace dos días, le mando un wsp y me meto en la cama. De pronto, empieza a sonar el teléfono, [pero qué cojones]. Son las cuatro de la mañana. Miro el teléfono [EL CENOBITA], pienso en la escena de Drew Barrymore en Scream, risita nerviosa, trago saliva y lo cojo.

Al minuto me doy cuenta de que estoy hablando con una voz de cazalla, o de haberse bebido la sangre de los murciélagos de todas las catacumbas del mundo, pero que desprende una amabilidad inusual. Así que ni corto ni perezoso, y a oscuras [parece baladí, pero a ver quién es el chulo que lo hace] le pregunto por satanismo. “¿Satanismo? ¡No! Es un proyecto en el terror y la oscuridad. Se trata de mezclar la poesía romántica de los ingleses con Poe y Lovecraft. No tildaría de satánico a ninguno de ellos, ¿no?

Podríamos decir que es un ejercicio que hago para despertar las conciencias, sin más motivo que despertar a la gente del embotamiento en el que nos sumerge la actualidad. Normalmente se cuentan historias de otras personas que lo pasan mal, refiriéndose al trabajo, el dinero, y todo eso… yo hablo más bien de algo podríamos entender como el karma en su forma maligna, ¿sabes? Si haces cosas malas, en la vida te acabaran pasando cosas horribles”.

Tras esto, le comento que por lo que me han contado de él, me lo imagino trajeado, con la biblia entre los brazos como un bebé, y apuntándose a los retiros espirituales del camino de Emaús para llevar a cabo su cruzada secularizadora. No puede evitar que le de la risa. Esa risa que le da al profesor cuando observa una gamberrada qué es más graciosa que dañina, y me dice: “Lo que no me gusta es la manipulación que han ejercido los cristianos sobre nuestra vida. Hemos sido bautizados, obligados a rezar, obligados a leer, etc., yo estoy en contra respecto a lo que ha hecho la iglesia toda la vida. No es que yo tenga odio a los cristianos, no tengo nada en contra de Cristo. Sí lo pongo de modelo de opresión, pero Cristo no era cristiano. Como filósofo le admiro un montón”.

 

“Sin embargo, soy Taoista. Me he empapado de Buda, Lao Tse, Confucio... gracias a lo cual, me he dado cuenta de que si profundizas mucho en algo llegas al extremo. Lo cierto es que profundice mucho en la oscuridad, y me di cuenta de que por ahí, al final, no había ningún camino nuevo. Atraviesas el infierno y llegas al cielo, como Dante, pero hay que atravesarlo. Lo que no puedes es obsesionarte con nada, si te obsesionas con algo solo vives en ese punto y lo demás está muerto”.

Por otra parte me cuenta que, ha “crecido leyendo a Nietzsche, me ha educado desde crío. Si Nietzsche hiciese música haría lo que hago yo. Esa es mi rama. Fíjate, Nietzsche hablaba de transvalorar, jugar con los valores. Pues yo hago igual. Son las herramientas que utilizo. ¿El fin? ¿Filosofía a martillazos?, pues rap a martillazos.

Después de esto, dejo de escucharle unos veinte segundos “¿Hola?, ¿hola?” [Vuelvo a sentirme como Drew Barrymore] “Estoy, Jubera, estoy. ¿Qué mes estabas diciendo?” Y en este momento le pregunto cómo sincroniza su trabajo con el terror y su vida cotidiana, si acaso no se vuelve tarumba. “Ese fue el fallo de Nietzsche, que no pudo desconectar su mente. Toda la oscuridad… tienes que darte cuenta de que es una herramienta que utilizas para provocar algo en la gente que está viviendo en el mundo de Oz. Hay muchas cosas malas y desagradables que ocurren en la vida, y mucha gente que quiere saber sobre ello. ¿Quieres saber sobre eso? Pues vas a saber de una manera completamente distinta. Trabajar con el terror es siempre peligroso. Significa trabajar con la imaginación de manera verdaderamente negativa. Negativa no el sentido del que se habla de la negatividad de la vida cotidiana. No es esa negatividad que se desprende de los sucesos diarios que podemos encontrar en el telediario. Lo mismo que hago yo cuando rapeo, lo hacen los medios como para el que trabajas de otra forma…A través de los sustos, a través de los miedos, de las imágenes violentas, logran que la gente de quede atrapada dentro los parámetros que ellos establecen".

Como él ha sacado a colación mi trabajo, le pregunto que a qué se dedica cuando no está trabajando con el terror. “Soy bokor y Dj. Y voy a colgar ya. De todas formas, lo que te tiene que quedar claro, es que todo el mal, todos los infiernos, son problemas mentales que nosotros enfocamos de esa forma. Nuestros terrores, nuestros demonios… son proyecciones generados por nuestra mente para defendernos de nuestros miedos o identificarlos. Racionalízalo. Amenofis es el dios de los demonios, el dios de la oscuridad, pero en realidad, Amenofis es el dios de los problemas ocultos”.

[Y CUELGA]

Sigo con la luz apagada ¿Bokor?, ¿Qué narices es un bokor? Lo busco en Google. Se trata de brujos vudú. Magia negra. Son las cuatro y media de la mañana. Menos mal que Amenofis no pincha en Madrid.

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