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'LA LARGA MARCHA' CONVIRTIÓ EL RUNNING EN UNA PESADILLA

La novela de Stephen King que se adelantó a Los Juegos del Hambre: solo uno entre cien puede quedar vivo

Publicada en 1979, ‘La larga marcha’ predijo la ansiedad que sufre la juventud actual y se adelantó a otras historias de running-horror como ‘It Follows’ o ‘Los Juegos del Hambre’. Sin embargo, es una de las pocas novelas de King que no ha sido llevada al cine.

-Una mujer haciendo una ruta de running

Una mujer haciendo una ruta de runningAgencias

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El viaje favorito de Stephen King consiste en recorrer en coche la costa este de Estados Unidos hasta llegar a Florida. No obstante, desde que en 1976 el director Brian de Palma llevara ‘Carrie’ al cine, la mayoría de sus novelas y cuentos han seguido otro camino: de los pinares de Maine, a los bulevares flanqueados por palmeras de Hollywood.

La simbiosis entre Stephen King y el cine fue especialmente fructífera durante las dos últimas décadas del siglo pasado. En los ochenta, Staneley Kubrick estrenó ‘El Replandor’, David Cronenberg ‘La zona muerta’ y Rob Reiner ‘Cuenta conmigo’. Luego, en los noventa, vendrían películas de la talla de ‘Misery’, ‘Cadena perpetua’ o ‘La milla verde’. En solo unos días veremos la esperada adaptación de su obra magna, ‘La Torre Oscura’, y la nueva versión de su criatura más terrorífica (‘IT’), está también a la vuelta de la esquina.

La bibliografía de King es una verdadera cantera de películas. Algunas novelas como ‘Carrie’ han sido llevadas al cine varias veces, e historias como ‘Cementerio de animales’ han continuado en la gran pantalla pese a no contar con su equivalente en papel. El rey del terror ha inspirado más de cien películas, y quizás el mayor misterio que rodee al escritor sea que no tenga una estrella en el Paseo de la Fama.

'La larga marcha'

Hay, sin embargo, un viejo libro de King que no ha cumplido el mismo destino cinematográfico del resto: ‘La larga marcha’. Se trata de una de las novelas que escribió con el pseudónimo de Richard Bachman. Su publicación en 1979 coincidió además con la de uno de los mejores libros de King, ‘La zona muerta’.

Tal vez por eso, ‘La larga marcha’ pasó en su momento algo desapercibida, aunque con los años ha ido ganando popularidad y hoy suele parecer en los rankings de los mejores libros de King. Su argumento, por otro lado, se adelantó a una pesadilla millenial: correr a ninguna parte, y sin descanso.

La sinopsis es la siguiente: En un futuro distópico, un centenar de adolescentes participa en una competición llamada ‘La larga marcha’, que se celebra anualmente. Las reglas son sencillas. Cada joven ‘caminante’ debe mantener una velocidad de al menos seis kilómetros y medio por hora; en caso contrario, recibe una advertencia. Después de la tercera, recibe un disparo y muere. En ‘La larga marcha’, solo uno de los cien chicos puede salir victorioso. Y vivo.

La lectura resulta agotadora. Como en la película ‘Danzad, danzad, malditos’, uno acaba tan casando como sus personajes. Las paginas pasan a la misma velocidad a la que los chicos se ven obligados a correr, éstos van sin embargo cayendo como moscas, y al final…

Miedo a correr

El miedo siempre ha ido de la mano de la velocidad. Es una relación de causa y efecto. Para escapar de las garras de Freddy Krueger, Nancy Thompson tuvo que correr lo más deprisa posible por los pasillos de su instituto, y Scooby Doo tomaba las de Villadiego cada vez que algún fantasma se le aparecía. Con menos fortuna, Drew Barrymore trató de escapar corriendo de Ghostface. Es el deporte favorito de las ‘scream queens’.

Desde hace unos años, sin embargo, la carrera se ha convertido en el propio tema del terror. En la novela de King, por ejemplo, los protagonistas no huyen de un asesino o un monstruo, sino que es la propia marcha la que acaba matándolos. Tal vez porque estemos en la era de las start-ups, los divorcios express, el río de imágenes en Instagram y la marabunta de tweets ya no necesitemos a Freddy Krueger para salir corriendo y se haya popularizado el running-horror.

Los ‘Juegos del hambre’ y ‘El corredor del laberinto’, en las que el running se mezcla igualmente con un futuro distópico, tal vez sean las influencias más directas de ‘La larga marcha’. Más original es ‘It follows’, donde, como en el libro de King, la marcha se convierte en una metáfora de la fugacidad de la vida: empezada la carrera, ya no hay descanso. Por eso ni en la novela de Stephen King ni en la película de David Robert Mitchell se detiene la marcha. Paradójicamente, solo la muerte puede liberar a los protagonistas.

Escribe el ensayista David Le Bretón en ‘Desaparecer de sí’ que la velocidad, la fluidez de los acontecimientos, la precariedad del empleo y los múltiples cambios que tenemos que afrontar actualmente es la nueva pesadilla del ser humano. Como en “La larga marcha”, la crisis de 2008 empujó a muchos jóvenes a una carrera que roza lo sacrificial. Incluso una de las reglas del libro de King se repite ahora en los libros de autoayuda o en los manuales de coaching: si te paras, estás muerto. Si no hay película de ‘La larga marcha’, tal vez sea porque es un libro demasiado terrorífico.

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