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DÍA DE STAR WARS

El día de Star Wars es ideal para recordar el aberrante spin-off oficial de la saga que George Lucas no quiere que veas

El 4 de mayo es el día de Star Wars, y este mes, además, viene con la sorprendente decisión de estrenar un spin-off en mitad del año, dejando un espacio de solo seis meses desde la última secuela. Pero no os dejéis engañar, la verdadera película dedicada a los orígenes de Chewbacca es el Star Wars Holiday Special, un telefilme oficial estrenado tras La guerra de las galaxias, tan delirante y vergonzoso que George Lucas trató de enterrarlo.

-Star Wars

Star WarsLucas Film

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Si buscas en imdb por el Star Wars Special encontrarás una de las películas peor valoradas de su base de datos. Para los que se sorprendían porque ‘Los últimos Jedi’ no llegaba a un porcentaje de 50% de valoración entre el público de rotten tomatoes se pueden consolar viendo que hay una secuela oficial valorada con 2,1 de nota. Y con el reparto original. Y sin Jar Jar Binks. ¿Tan malo puede ser? Bueno, es peor. El viernes 17 de noviembre de 1978, una semana antes del Día de Acción de Gracias, la cadena CBS dio luz a una de las experiencias televisivas más extrañas que se hayan emitido.

También se vio en Canadá, Suecia, Venezuela, Honduras, Brasil, Argentina y Francia. Luego fue enterrado, olvidado, sepultado y silenciado por todos los poderes fácticos del imperio Lucasfilm. Como las primeras películas Marvel de los 90, ni siquiera se ha intentado editar en dvd como curiosidad. El hecho de que el nombre de George Lucas no aparezca en los créditos no significa que no estuviera detrás (suyo es el segmento animado, por ejemplo) pero decidió no incluirlo por su falta de involucración y el evidente resultado. Se renegó de ella hasta tal punto que durante más de dos décadas se pensó que era una pesadilla, un mal sueño que ciertos fanáticos originales creyeron haber visto en televisión. Para toda una generación era leyenda, hasta que, milagro, llegó internet. Gracias a eBay y YouTube el mundo tuvo acceso a la vergüenza, el pasado que no se puede borrar.

 

Más de una hora y media con un grupo de wookies deformes, el reparto original con aspecto de venir de mañaneo, la princesa Leia cantando, programas de cocina intergalácticos y actuaciones más deprimentes que las de ‘Noche de fiesta’. Sketches y actuaciones vinculados por una trama ambientada en el planeta wookiee Kashyyk. Allí, la esposa, el hijo y el padre de Chewbacca esperan el regreso de Chewie como la madre del turrón el almendro. No hay más trama en 97 minutos pero todo lo que fluye de ella es realmente extraño.

Lo cierto es que hay una desgana evidente en todo el metraje que se debe, principalmente, a que fue uno de esos productos cínicos de Lucas para mejorar la venta de juguetes y mantener la marca viva hasta la llegada de la verdadera secuela. ‘El imperio contraataca’. El creador de la saga estaba reticente a hacerla, pero le convencieron para impulsar sus beneficios (recordemos que su sueldo en la primera parte dependía de las ventas de merchandising). Pero el mismo creó la historia original aunque luego fuera cambiada por multitud de coguionistas. Entre las ideas que se cambiaron estaba, ojo, la idea del propio Lucas de que Han Solo estaba casado con una Wookie.

La secuencia de despropósitos comienza con una escena de apertura propia de una sitcom de segunda, con la familia de Chewie haciendo tareas del hogar mientras le esperan para las vacaciones. Diez dolorosos minutos hablados completamente en Wookie, sin subtítulos, indescifrables y con una molesta música de fondo cursi que ya configura la dinámica disfuncional del resto de la película. En ese escenario vamos viendo aperitivos de la programación televisiva galáctica, como programa de cocina con el que la esposa de Chewbacca, Mala, trata de levantar su ánimo decaído por la ausencia de su esposo. En él, la Chef Gormaanda, hace chistes rancios y ofrece un estilo de cocina lunático, tratando desesperadamente de hacer divertida una receta de lomo de Bantha, en un segmento que da más miedo que risa.

 

Además de tener un padre que parece un monstruo de película de terror de la época, también tenemos que sufrir al hijo de Chewie, Lumpy, viendo un espectáculo de hologramas de bailarines disfrazados sin ninguna coreografía reseñable, con una música de sintetizadores tremendamente molesta, que parece uno de los surrealistas números en cromas de programas infantiles viejunos tipo ‘El planeta imaginario’. Pero el cachorro Wookie parece disfrutar exageradamente gruñendo, aplaudiendo e intentando hacer que todo parezca mucho más impresionante, desvelando cómo el equipo de producción trataban de pulir sus lamentables números a base de reacciones poco naturales.

 

El esperpento de los programas televisivos que ve la familia llega a su punto álgido con el embarazoso momento en el que el abuelo wookie presencia en televisión un videoclip de la actriz de Dynasty, haciendo de Mermeia, una fantasía holográfica que le provoca alguna calentura inapropiada al padre de Chewie con el dispositivo de realidad virtual descrito como un "evaporador mental". La canción ‘This Minute’, con frases de la letra como "Soy tu fantasía, soy tu experiencia, así que pruébame. Yo soy tu placer ", era definitivamente inapropiado para cualquier programa televisivo familiar, pero el hecho de que haya un obvio elemento sexual entre especies lo hace aún más desconcertante y provocativo dentro de un especial de vacaciones para niños. Eso no lo veréis en el OASIS de ‘Ready Player One’.

 

A estas alturas, uno se da cuenta de que para compensar la falta de argumento sólido en el ‘Star Wars Holiday Special’ se llenó de chistes malos y canciones paupérrimas, pero entre todas ellas, el video musical holográfico que presenta a la banda Jefferson Starship en una actuación lisérgica utilizada para calmar a un oficial imperial muy irritable. Gracias a un maletín mágico (el equivalente a un portátil o una Tablet hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana), el militar del imperio puede “disfrutar” de una espectáculo de efectos de luz de verbena de las galaxias, Bowie mal entendido, un micro-sable-láser que parece otro tipo de sable censurado y horterada en color de filtros violeta. El lado oscuro de la fuerza era poderoso en este grupo de rock prematuramente envejecido.

 

Pero eso no es lo más sorprendente que te puedes encontrar en este especial, no. ¿Qué es lo más improbable que puedes pensar que vas a ver en él? ¿Una de las chicas de oro haciendo un número de vodevil en la cantina de Mos Eisley? Check. Dorothy, es decir Bea Arthur, era la dueña del famoso bar en el que se encuentran Han Solo, Luke Skywalker y Obi-Wan. En una escena sin relación con las demás, aparecía cantando ‘Good Night, But Not Goodbye’ un himno a los clientes que no puede echar al cerrar el bar, es decir una manera elegante de poner la última canción, mientras baila con extraterrestres borrachos, entre ellos un extraño ratón gigante y Greedo resucitado, el cazarrecompensas que mataba Han Solo en el ‘Episodio IV’.

 

Pero, ¿Había algo salvable de todo el especial? Bueno, hay un segmento animado que no está tan mal, pero lo destacable del mismo, es que rompe con el canon de que el misterioso cazarrecompensas Boba Fett aparecía por primera vez en ‘El imperio contraataca’ en 1980, los incondicionales mayorcitos que estuvieran despiertos todavía vieron por primera vez al mercenario con casco en el ‘Star Wars Holiday Special’ mientras intenta hacerse amigo de los héroes antes de que se revele su verdadera naturaleza. De hecho, Fett tiene más tiempo de pantalla que en las películas, por lo que los que esperaran un spin-off del personaje aquí tienen su verdadero ‘Orígenes’.

 

¿Demasiadas emociones? Pues aún no has visto a Harrison Ford haciendo de un Han Solo pasota, que parece ser el más consciente del pedazo de mierda que están facturando y transmite su sentimiento miserable en cada uno de sus gestos. Nada comparable, no obstante con las apariciones de Luke Skywalker, maquillado de forma grotesca como un payaso de color carne para tapar las secuelas del accidente que le cambió la cara. Además, su actuación mirando a cámara, con una sonrisa desquiciada para alegrar a la mujer de Chewie le hace parecer un adolescente drogado con sombra de ojos, podría ser de la pandilla de ‘La naranja mecánica’.

Pero el ‘Star Wars Holiday Special’ guarda lo mejor para el final. El número musical interpretado por la difunta Carrie Fisher como la Princesa Leia. La canción ‘Life Day’ es como una especie de destrozo del tema original de John Williams en el que la melodía vocal ni concuerda con la fanfarria mítica a la que encima se le incluyeron frases de la letra como "No importa cuán diferentes parezcamos, todos somos iguales en las luchas contra los poderes del mal y la oscuridad", incrustadas torpemente sobre la famosa base musical ralentizada. Fisher lo da todo, pero incluso el escenario es inquietante, con todos esos wookies con trajes rojos entre la niebla, parece más bien la última canción en pleno delirio de alguien que va a morir sacrificada en una misa negra espacial. No hay más que observar la cara de Ford en el momento.

 

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