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UNA DÉCADA QUE PERDURA POR PURA NOSTALGIA

El año en que vivimos ochenteramente

Desde que arrancaron los años 2000, el mundo creativo no ha hecho otra cosa que mirar con veneración a los 80. Sin embargo, este año ha sido el que esta tendencia más se ha notado, quizás porque, por fin, han logrado acertar.

-2017 ha sido el año de la consagración de los 80 como referencia cultural.

2017 ha sido el año de la consagración de los 80 como referencia cultural.D.R.

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La nostalgia de la década de 1980 lleva infiltrándose en la cultura estadounidense desde principios de siglo. El resurgimiento de la década del neón hizo bisagra con la madurez y éxito de la MTV, durante su resaca noventera, tras la explosión en el mundo de la música.

Tras un periodo de latencia, parece que 2016 es la confirmación de que los años 80 están vivos de nuevo en la cultura, en la moda y, sobre todo, en el cine. Cualquiera que ve películas y series ha notado lo evidente: los años 80 no desaparecen. Nuestra fijación cultural por la década de Durán Durán y los Goonies ha durado oficialmente más tiempo que la década en sí.

Al igual que la fascinación de los años 50, que se extendió a través de la década de 1970 ('American Graffiti', 'Grease'), la obsesión con los años 60 que recorrió los años 80 ('Aquellos maravillosos años', 'Dirty Dancing'), y la presencia de la década de 1970 en la cultura pop de los años 90 ('Cero en conducta', 'Movida del 76', 'Boogie Nights'), la ola de los 80 comenzó a reconstruirse en los años 2000 con películas que adoptaban sus formas más Amblin, como Donnie Darko o series adolescentes que huían del tratamiento 'American Pie' como 'Freaks & Geeks', que abrazaba un tono más cercano a John Huges.

Durante los 2000 grandes éxitos de taquilla como 'Transformers' o 'Indiana Jones' y el reino de la calavera de cristal se apoyaban en grandes éxitos de aquella era, pero al pasar el ecuador de 2010, la cosa no tenía visos de parar.

Desde 'Jacuzzi al pasado', la secuelas de 'Wall Street' y 'Tron', remakes de 'Pesadilla en Elm Street', 'Karate kid', 'Furia de Titanes', 'El equipo-A' y otra serie de V parecían la evidencia de la sobresaturación.

Pero no. Aunque hay una buena cantidad de nostalgia de los 90, los años 80 han seguido salpicando la cultura popular. Ya apuntaban alto Pixels y Kung Fury el año pasado, pero el pico, el clímax ha tenido lugar en 2016, el año que vivimos ochenteramente.

Neón Catódico

El 2016, también ha sido el año en el que Netflix se ha consolidado en lugares en los que aún no había llegado. Uno de sus ases en la manga ha sido 'Stranger Things'. La campaña viral se ha disparado, convirtiéndola en una serie de seguimiento masivo y un fenómeno fan agotador.

Pese a ello, la serie es una brillante cápsula de cine de terror y ciencia ficción de la época, con sus mismas texturas e iluminación y plagado de homenajes, referencias y guiños con los que los fans pueden jugar a descubrir y compartir. Desde el cine de la maravilla de Spielberg y Joe Dante a Carpenter, ya había precedentes como 'Super 8' y 'Cuento de Navidad', de nuestro Paco Plaza, en los que parece que se inspire ST.

Pero no es la única serie, claro. Desde la ambientación 80 de la guerra fría de 'The Americans', 'El club de Red Oaks', el campamento ochentero a lo Viernes 13 de 'Dead of Summer', así como otras, como 'Halt and Catch Fire', 'The Goldbergs', 'Deutschland 83'…

También hizo mella el episodio más comentado y compartido de la tercera temporada de 'Black Mirror', "San Junipero" que nos lleva de vuelta a los tiempos de la trilogía de 'Regreso al Futuro'. Por no hablar de los reinicios de series como 'MacGyver' o 'Magnum', y la traslación a pequeña pantalla de 'Arma Letal'.

Nostalgia en 35 mm

Si la televisión ha recuperado con éxito al Spielberg de 'E.T' y al Carpenter de 'La Cosa', en 'Stranger Things', el director de Mud se atrevía con 'Encuentros en la tercera fase' y 'Starman' con su epopeya de ciencia ficción retro 'Midnight Special', una vuelta a los tiempos en los que la CIA iba detrás de niños con poderes a través de las carreteras de la América profunda.

Estrenada de tapadillo, ha quedado completamente eclipsada por la famosa miniserie, lo que la relega a un futuro redescubrimiento como título de culto. Otra con ecos de la película de extraterrestres de Spielberg ha sido 'La Llegada', aunque sus referentes son más ricos y variados, no es un puro producto del revival, pero sí se aprovecha de la popularidad de éste.

Otro tipo de proyectos omnipresentes, los remakes y revisitas a universos de la época dorada de la luz esteroscópica, han tenido como punta de lanza el fiasco de 'Cazafantasmas'. Injustamente atacada en la red y masacrada en redes, más que recuperar las bases de la película con Bill Murray conseguía trasladar el espíritu de la serie de animación con un espectáculo de colorines brillantes que invitan a su revisión.

Y hablando de series de animación, la secuela del remake de 'Tortugas Ninja' caía mejor entre los fans gracias a su recuperación de personajes y situaciones de la serie, desde Bebop y Rocksteady a Krang.

Otra que tal baila es 'Rogue One', la entrega de 'Star Wars' de turno. Se afana muchísimo en conectar con el Episodio IV, pero en realidad juega al pastiche de momentos de El Imperio Contraataca y El retorno del Jedi, dos proyectos que también definen aquella década.

Otro universo, el de los cómic-books Marvel ha dejado momentos deliberadamente retro. El universo 'X-Men', con su sexta entrega, 'Apocalipsis', establece su zona de combates en plenos años ochenta, recuperando la etapa en la que sus cómics alcanzaron su máxima popularidad y utilizando hits de esos años en secuencias de puro regodeo en la época.

Incluso en películas como Deadpool hay homenajes directos a películas de los ochenta como 'Todo en un día'.

Ese cine adolescente es revisitado por Richard Linklater en 'Todos queremos algo', una mirada con más sensibilidad pero igualmente plegada a las bondades de su estética y banda sonora.

Y de música también se habla en otra de las comedias indies del 2016. 'Sing Street' es un clásica película de iniciación mezclada con la vida en una banda de pop, incluyendo factores sociales como el bullying y una banda sonora para enmarcar con Duran Duran, Hall & Oates, Spandau Ballet y A-ha.

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