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Designated, Ugly, Fat, Friend

Yo fui la DUFF de mi grupo de amigas

En el colegio fui una DUFF. Estas siglas corresponden a Designated, Ugly, Fat, Friend, que podríamos traducir como la amiga feita y gordita. El término proviene de una novela juvenil y su adaptación cinematográfica correspondiente. El caso es que cuando me enteré de este concepto me identifiqué mucho con él, sobre todo en mi etapa infantil y de adolescente.

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En el colegio yo no destacaba nada. Era gordita, bajita, despeinada y bastante callada. No terminaba de caer mal, pero estaba alejadísima del grupo popular. Esto era algo que no me afectaba mucho, salvo en algún enfrentamiento con ciertos despreciables.

Mi amiga sin embargo, era mucho más mona, alta y guapa que yo. No siempre fue así, en un principio las dos éramos un caso digno de estudio. Yo con mis pelos de loca y ella con sus gafas de Bartola.

La adolescencia me trajo el aparato y a ella granos, pero aún así era bastante guapa y yo quedé relegada a ser la amiga gordita. En el paso a bachillerato ella consiguió mejor estatus social (en lo que se refiere a mecánicas y políticas de instituto) y como esto no es una película americana, aquí no paso nada de eso de “me vuelvo popular y abandono a mi amiga la pardilla”.

Seguimos como amigas aunque es cierto que nos distanciamos más, pero porque la gente cambia con la edad y éramos muy pero que muy distintas.

Pero ese complejo de sentirme la DUFF siempre ha estado ahí. Ni que decir tiene que no me hizo caso ningún chico durante toda esa etapa. No fue hasta la llegada a la Universidad cuando dejé de sentirme así, como una DUFF.

Mi grupo de amigos era muy variopinto, no teníamos nada que ver unos con otros por lo que ni siquiera nos podíamos comparar. Ahí además me di cuenta de que el físico no lo es todo y que una gran personalidad puede convertirte en una persona muy atractiva.

Yo ya no estaba tan gordita (salvo esos días al mes), no llevaba aparato, ni gafas y lucía una melena pelirroja (teñida) que me hacía destacar un pelín (una verdadera putada si te querías escaquear de clase). A partir de ahí yo pensaba que ya estaba todo superado pero hay una DUFF dentro de mí queriendo salir de vez en cuando.

Cada vez que sufro un rechazo (algo que pasa mucho) tiendo a compararme con otras personas y a sentirme inferior a ellas. Ese sentimiento de “jiji qué maja eres pero ¿me presentas a tu amiga?” está continuamente en mi cabeza y a pesar de que ha estado escondido durante mucho tiempo, sé que salta de vez en cuando y últimamente más de lo que quisiera.

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