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ASÍ ES LA PUBLICIDAD PORNO EN ESTE FORMATO TELEVISIVO

El arte de anunciar porno en el teletexto

Para los nacidos en el noventa, como el abajo firmante, el teletexto ha sido tan útil como las ligas masculinas para calcetines. Tanto es así, que la última vez que vi el teletexto fue en YouTube, concretamente, haciendo el guinda mientras escuchaba a Los Punsetes.

-Fragmento de una imagen del teletexto

Fragmento de una imagen del teletextoD.R.

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Vamos a empezar diciendo que en Alemania, donde cohabitan –a esas temperaturas no sé si lo llamaría vivir– esa gente tan increíblemente inteligente, metódica, que bajo ningún concepto ponen en práctica el tuteo laboral, y les da un síncope ante la poca concisión, el devaneo o la ausencia de embutido procesado… allí, donde vive esa gente, existe un Festival internacional de Arte del Teletexto.

A partir de aquí: barra libre.

Así que, cuando me entero de que hay tales premios internacionales, la sonrisa de medio lado es inevitable: más, cuando descubro que una española –Raquel Meyers– está en el embolao’; y por último, cuando redescubro la publicidad porno del teletexto, mi cerebro se convierte en Mentos con Coca Cola.

La llamada es inevitable, me ponen con una de las redactoras que avisada, cuando le digo con el inexplicable pudor de una dama inglesa: 'Hola, te llamaba por lo de publicidad de…', me contesta:

“¿Los culos y tetas en teletexto? (risas), tiene su arte no te creas tú”.

Me he trabado como un crío ante el afortunado hallazgo de una Penthouse paterna… así que le pregunto por el origen y el proceso de edición.

“La publicidad porno o de contactos existe desde que existe teletexto. Teletexto cuenta con un equipo que se dedica a contactar con publicidad. A partir de ahí, hay veces, que es el propio cliente el que nos pide el dibujo exacto que tenemos que poner, porque ya lo tienen hecho de otras cadenas; y otras, que directamente te dicen que lo hagas de cero. Ahí es donde entra en juego tu imaginación", me explica.

"También hay otros que te piden cosas concretas, te dicen: 'Quiero un torso desnudo en el que se van los pechos, los quiero grandes, los quiero pequeños', etcétera. No sé, depende del cliente”, añade.

Mientras me cuenta esto, me la imagino partiéndose de risa mientras se hace la sorda y le pide al cliente que repita por favor el mensaje: “MI MARIDO NO ME PONE. MADURITA CALIENTE, LLÁMAME”.

Tras esto, le planteo la cuestión del arte y la performance, si acaso el coser caracteres 2d digitalmente puede considerarse como tal, a lo que me responde:

“Es un arte en el sentido de que se trata de algo muy limitado y tenemos que hacer que los dibujos se parezcan lo más posible a la realidad; conseguir la máxima expresión posible".

"Por ejemplo, en el caso del porno, no podemos extraer modelos del punto de cruz. Sin embargo, para el resto de encargos sí lo utilizamos como base, porque como lo vamos dibujando con puntos nos es muy útil".

"Ahora, disponemos de una versión nueva que nos permite exportar a imágenes BMP (mapa de bits). Se trata de imágenes simples en blanco y negro, pero no salen perfectas. Aunque cojamos un plano, luego tenemos que retocarlo bastante”.

Ante un programa así, en los tiempos que corren, es normal preguntarse por su extinción. ¿Quién mira la lotería en el teletexto? ¿Quién mira siquiera los canales? Pero peco de falta de perspectiva…

“No te sé decir si se acabará, porque lo utiliza mucha gente mayor. Date cuenta de que en este país no todo el mundo tiene internet. Sobre todo la gente mayor… así que le dan al botoncito de la tele. Si sigue estando, es porque sigue habiendo gente que lo ve y utiliza”, me avisa.

Imagen de un anuncio del teletexto
Imagen de un anuncio del teletexto | Agencias

Colgamos y me quedo pensando en si arte o no. Me quedo pensando en qué pasaría si todos esos abuelos que se excitan con imágenes BMP jugasen al Tetris, y en cómo se apañaran ahora que los dibujos incluyen códigos QR.

Me da la risa. Consulto cuánta gente utiliza el teletexto: En España, en el 2010, tenía siete millones de visitas al día. En Suecia, en el 2014, dos millones y era una de las aplicaciones más descargadas para el móvil.

Menos risitas, chaval.

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