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NOS GUSTAN LAS SORPRESAS (POSITIVAS)

Neurociencia de lo inesperado: ¿qué pasa en tu cabeza cuando te dan una sorpresa?

Varias investigaciones indagan en cómo reaccionamos ante una sorpresa y por qué lo hacemos de esa forma.

Neurociencia de lo inesperado: ¿qué pasa en tu cabeza cuando te dan una sorpresa?

Neurociencia de lo inesperado: ¿qué pasa en tu cabeza cuando te dan una sorpresa?Robert Meeks en flickr cc

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Llegas a casa al anochecer después de un largo día de trabajo, y estás agotado y desmoralizado porque es tu cumpleaños y no tienes planes: ni tu mejor amigo estaba disponible esta noche para tomar una copa. '¡Vaya forma de cumplir los (que sean)!', refunfuñas metiendo la llave en la cerradura. Y entonces -¡sorpresa!-, una legión de amigos y familiares sale a tu encuentro lanzando confeti. Han preparado una fiesta que no te esperabas.

En un momento así, no sólo tu corazón da un salto. En tu cerebro, lo inesperado desencadena una respuesta inmediata. Neurocientíficos de los laboratorios de Cold Spring Harbor en EEUU demostraron hace poco que el centro de operaciones de la sorpresa se encuentra en un grupo de neuronas colinérgicas del cerebro basal anterior. Su papel es permanecer ojo avizor en todo momento, y cuando algo inesperado acontece, lanzan mensajes químicos -acetilcolina- para informar a distintos enclaves de la corteza cerebral de lo que está ocurriendo, y de si esa sorpresa es una recompensa -como la fiesta- o un castigo. Cuanto más de improviso les coge lo que ocurre, más intensa es la actividad de estas neuronas.

Claro que no es lo mismo entrar a casa y encontrarse una fiesta que sorprender a un ladrón en plena faena. "Tanto los estímulos agradables como los adversos aumentan la excitación y la atención, y su intensidad ocurre cuando no los esperamos", explica el neurocientífico neoyorquino Daniel Salzman.

Él, junto a sus colegas de la Universidad de Columbia, llevó a cabo hace unos años un estudio para identificar qué circuitos neuronales distinguen si la respuesta a la sorpresa debe ser dar saltos de alegría o salir corriendo. Y comprobaron que en la amígdala, la estructura con forma de almendra encargada de procesar las emociones, están claramente diferenciadas las neuronas que responden a las recompensas y las que responden a estímulos adversos. Dicho de otro modo, hay una especialización: las que se activan con la fiesta sorpresa no entran en acción cuando pillamos a un ladrón 'in fraganti' en casa, y viceversa.

De esta forma, la sorpresa nos resulta muy placentera cuando no es dañina. Usando un escáner de resonancia magnética, científicos estadounidenses demostraron que el núcleo accumbens, el centro del placer del cerebro, responde con más intensidad a un estímulo cuando no lo esperamos. Eso implica que, siguiendo con el ejemplo del cumpleaños, nos causará más placer un regalo que nos hagan cualquier otro día que los obsequios de nuestro aniversario.

Y todo porque lo inesperado hace que la mollera se inunde de dopamina, tal y como sacaba a la luz la revista 'Journal of Neuroscience'. "Estamos diseñados para sentir atracción por lo inesperado", concluía Read Montague, coautor del estudio. Así que ya sabes...

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