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ELECCIONES GENERALES 2015

Ley d'Hondt en dos pasos

Cada vez que vamos a votar nuestros sufragios se convierten en escaños. Pero ¿se reparten bien?

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Os sonará eso de la Ley d'Hondt. Es una forma de reparto basada en la ley de la oferta y la demanda y fue propuesta por Victor d'Hondt, que no era matemático sino un jurista belga.

La cosa es, ¿por qué lo propuso? Pues porque de forma proporcional ocurrían ciertas paradojas. Concretamente, la Paradoja de Alabama.

Imaginemos que hay tres formaciones que obtienen 600.000, 600.000 y 200.000 votos respectivamente y los repartimos de manera proporcional con 10 escaños. Serían 4, 4 y 2 escaños, pero ya habría desigualdades, pues el de 200.000 ha tenido la mitad de escaños y un tercio de votantes.

¿Y si repartimos 11 escaños? Serían 5, 5, y 1

La Ley d'Hondt propone un sistema con otra opción, la de repartir en función de “cuánto le cuesta el voto al partido”. Si hay un escaño, gana el que más votos tiene, claro. Si hay dos escaños gana el que más votos tiene y el número de votos los divide por dos. Y así, una serie de cuentas extrañas en cada escaño.

En verdad el sistema de reparto se vuelve equitativo y justo en muchas ocasiones, pero el problema estaría en las circunscripciones, que hace que se repartan pocos escaños en muchos lugares y haya votos sobrantes que nunca sumen el escaño.

Propongamos un método, un re-reparto de escaños con la misma Ley d'Hondt.

Veamos un ejemplo para entenderlo mejor. Tratamos de repartir 12 escaños entre cuatro partidos políticos (A, B, C y D) que han obtenido 4.000.000, 3.500.000, 2.000.000 y 1.500.000 votos respectivamente.

En este caso el escaño costaría 800.000 votantes. Acabaría con:

- Partido A: 5 escaños

- Partido B: 4 escaños

- Partido C: 2 escaños

- Partido D: 1 escaño

Y si vemos lo que representan en función a los votos, vemos que:

- Partido A: 5 escaños (36% votos , 42% escaños)

- Partido B: 4 escaños (32% votos, 33% escaños)

- Partido C: 2 escaños (18% votos, 17% escaños)

- Partido D: 1 escaño (14% votos, 8% escaños)

Vemos que el primero se ha beneficiado y el último perjudicado por el reparto. Pero ¿y si contamos los votos sobrantes, los que cuentan para escaño? Veamos los votos que no han podido valer para el escaño:

- Partido A: 800.000 – 666.667 = 133.333

- Partido B: 875.000 – 700.000 = 175.000

- Partido C: 1.000.000 – 666.667 = 333.333

- Partido D: 1.500.000 – 750.000 = 750.000

Es decir: 1,391,666 personas en total no han contado: en total más del 12%

¿Y si repartimos unos escaños en los votos sobrantes, aplicando la Ley d'Hondt de nuevo? Por ejemplo un simple escaño, que iría claramente para el partido D, y se equilibraría cierta desigualdad entre formaciones.

Como idea, ahí lo dejo. Hay mejores métodos de reparto, pero si nos empeñamos en esta, que no es mala... pues implementémosla, ¿no?

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