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PIEL DE GALLINA

La ciencia explica por qué tenemos escalofríos

La piloerección es el acto reflejo que hace que se nos ponga, literalmente, el vello de punta. Y no sólo ocurre cuando tenemos frío, también cuando nos emocionamos o sentimos miedo.

Haga frío o calor nuestra piel no puede evitar este acto reflejo, ¿a qué se debe?Haga frío o calor nuestra piel no puede evitar este acto reflejo, ¿a qué se debe?

Haga frío o calor nuestra piel no puede evitar este acto reflejo, ¿a qué se debe? Wikipedia

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¿Alguna vez te has preguntado por qué a veces se nos pone la piel de gallina? No sólo pasa cuando sentimos frío: este reflejo fisiológico que nos recorre todo el cuerpo y nos deja los pelos de la piel erizados ocurre también cuando sentimos miedo o vergüenza.

Muy bien, ¿pero qué lo provoca? Científicamente hablando, los escalofríos están provocados por un reflejo llamado piloerección. Este hace que los pequeños músculos situados en la base de cada vello se contraigan y cada uno de los pelos que cubren el cuerpo se pongan de punta.

Según relata en la revista 'Scientific American' el psicólogo y zoólogo George A. Bubenik, de la Universidad de Guelph, hemos heredado la piel de gallina de nuestros ancentros como reacción a situaciones que nos causan emociones extremas.

“La adrenalina es la responsable de esta reacción”, explicaba Bubenik. Esta hormona la generan dos pequeñas glándulas que se sitúan sobre los riñones cuando nos enfrentamos a una situación que nos produce tensión. “Además de ponernos la piel de gallina, la adrenalina está asociada a la aceleración del ritmo cardíaco o el aumento de la presión sanguínea, así como con temblores corporales o sudoración de las manos”, relata.

Escalofríos febriles

“Cuando los animales sienten frío, este reflejo hace que esponjen o ahuequen su pelo o plumas para atrapar el calor corporal”, añade Jenny Sugar en 'Shape'. En el caso de los humanos esta reacción sirve de intento para mantener la temperatura, pero como tenemos mucho menos vello corporal realmente apenas ayuda en nada a este propósito.

Lo habrás notado en tus carnes (nunca mejor dicho): cuando estamos malos los escalofríos son bastante frecuentes. Es una reacción natural del cuerpo que ocurre de forma inconsciente. Cuidado porque si los escalofríos se traducen en temblores, pueden estar indicando que estamos desarrollando una infección que generalmente se presenta a través de fiebres. En estos casos surgen por contracciones y relajaciones musculares muy rápidas y son la manera que tiene nuestro cuerpo de generar calor cuando siente que hace frío, aunque en realidad no lo haga.

El miedo nos pone los pelos de punta

Los escalofríos son también una respuesta física al miedo. Nos asustamos y en milésimas de segundo sentimos cómo todo nuestro vello se eriza. Y no somos lo únicos animales que tienen esta reacción. ¿Qué hacen los gatos o los erizos cuando se alarman y quieren defenderse? Poner sus pelos de punta. De hecho, se conoce comúnmente a los escalofríos como 'piel de gallina' haciendo referencia a lo que éstas hacen cuando ponen sus plumas hacia arriba para parecer más feroces ante posibles depredadores.

Ahora que, igual que no nos ayudan demasiado a mantener el calor corporal, imponer, lo que se dice imponer, no es lo que conseguimos cuando se nos eriza el vello para protegernos. Una vez más, es una reacción irracional que no podemos controlar.

Cuando nos asustamos también se nos pone la piel de gallina

También cuando nos emocionamos

También podemos sentir escalofríos cuando escuchamos una canción que nos encanta, nos cruzamos con una persona que nos gusta o nos cuentan una historia tan conmovedora que, literalmente, nos pone los pelos de punta.

Atentos porque esta respuesta corporal no está impulsada por una reacción física, sino psicológica. Se trata de una conexión mente-cuerpo incontrolable que refleja emociones intensas que pueden ir desde el mencionado terror hasta la pasión o el deseo.

“Al igual que otros actos reflejos asociados a la emoción como el rubor, el palideciendo o las famosas mariposas en el estómago, el sistema límbico del cerebro es el que provoca que se nos ponga la piel de gallina al emocionarnos”, resume Sugar.

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