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¿LE ARRUINARÁN LA SALIDA A BOLSA?

Este es el plan de las grandes cadenas de hoteles para hundir Airbnb

Un documento filtrado del ‘lobby’ de los hoteles revela las claves de la “agresiva campaña” que los gigantes del sector han emprendido contra las plataformas de alojamiento colaborativo. Su estrategia pasa, sobre todo, por desacreditar a Airbnb por sus problemas de racismo, fiscalidad y alquileres al margen de la ley.

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Se acerca el verano y los hoteles empiezan a frotarse las manos porque pronto van a hacer el agosto (nunca mejor dicho). Siguen siendo los reyes del alojamiento vacacional, aunque hay un aspirante al trono que les va ganando batallas y se está volviendo muy molesto: las plataformas de la economía colaborativa, con Airbnb a la cabeza.

Tal empieza a ser la popularidad de estos servicios que ya ni los viajeros de negocios, los clientes más asiduos de las cadenas hoteleras, renuncian a probar las virtudes de las apps para alquilar viviendas de particulares. Hacerles frente con programas de fidelidad (los típicos puntos, regalos y demás) ya no funciona. Como demostró un reciente estudio de Morgan Stanley, la iniciativa 'Airbnb for Business' del gigante de internet también ha conseguido pegarle un mordisco a esa parte del pastel del alojamiento.

Ante este panorama, los hoteles necesitan más que nunca hallar la forma de frenar la hemorragia. A través de Airbnb, fundada en 2008, ya son 150 millones de viajeros los que se han puesto de acuerdo con los propietarios de tres millones de viviendas particulares en más de 190 países para organizar estancias que, de otro modo, probablemente hubieran reservado en un hotel.

Para contener la expansión de la plataforma, las grandes cadenas de hoteles, pese a ser competidoras entre sí, han hecho piña. Aunando sus esfuerzos, han emprendido una batalla mediática y legal que se ha cobrado algunos éxitos alrededor del mundo. Lo que no sabíamos hasta el momento es que no se trataba de maniobras aisladas, sino que hay un minucioso plan detrás: toda una estrategia coordinada de los pesos pesados del sector para hundir a Airbnb.

Airbnb, así funciona
Airbnb, así funciona | Natalie Ortiz / ouishare en Flickr bajo licencia CC

Documentos que ha publicado en exclusiva 'The New York Times' demuestran que el ‘lobby’ de los hoteles —concretamente la American Hotel and Lodging Association, de la que forman parte empresas como Marriott, Hilton, Hyatt o Four Seasons— ha diseñado un argumentario y una hoja de ruta en común que está siguiendo paso por paso.

Se trata de una campaña a todos los niveles (“local, estatal y federal”) cuyo objetivo principal es desacreditar a Airbnb y desechar la idea de que sirve para abaratar la oferta de alojamiento y ponerla al alcance de todos los bolsillos. Para ello, han preparado un “agresivo contraataque” con “una ola de testimonios de clientes perjudicados” por la plataforma colaborativa.

Tres son los puntos débiles de Airbnb que intentan atacar: las acusaciones de racismo (los propietarios rechazan con mayor frecuencia a los posibles inquilinos de otras razas), la polémica de la fiscalidad (¿qué impuestos pagan Airbnb y las personas que ofrecen su vivienda?) y el controvertido asunto del mercado negro de alquileres que parece estar surgiendo en las grandes ciudades. En lugares como Nueva York edificios enteros se ponen a disposición de los viajeros a través de Airbnb como si fueran hoteles fuera del alcance de la ley.

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Airbnb | VisualHunt

En España no somos ajenos a ninguna de estas problemáticas. En marzo, las autoridades de turismo de la Comunidad Valenciana impusieron sanciones por valor de 120.000 euros a seis plataformas de alquiler de viviendas (entre ellas Airbnb, HomeAway y Rentalia) por anunciar en sus páginas alojamientos de dudosa legalidad. A finales del pasado año, el Ayuntamiento de Barcelona abrió dos expedientes sancionadores a Airbnb y HomeAway con multas por valor de 600.000 euros por reincidir en la infracción de anunciar pisos turísticos ilegales.

En estos y otros casos, las webs se defienden argumentando que la ley no está clara y que ellos sólo ofrecen un tablón de anuncios donde colocar las viviendas, sin hacerse responsables de su legalidad ni intervenir directamente en el proceso de alquiler. Dicen ser meros intermediarios.

Sin embargo, Hacienda ha incrementado sus esfuerzos para perseguir a los que no pagan impuestos. En 2016 enviaron 21.500 notificaciones a los propietarios de pisos en alquiler con anuncios en la Red para hacerles ver que eran conscientes de su existencia y pedirles que incluyeran esas rentas voluntariamente en sus declaraciones. De lo contrario, avisaban, podrían acabar pagando caro su intento de evitar pasar por caja: en 2016, Hacienda realizó 8.150 inspecciones a alquileres, un 46% más que el año anterior.

Estos son el tipo de problemas en el que los hoteles quieren insistir para manchar la reputación de las plataformas de alojamiento colaborativo como Airbnb. Algo que se torna especialmente relevante cuando la salida a Bolsa de la firma con sede en San Francisco es inminente. Según ha revelado Brian Chesky, el CEO de la compañía, sus planes son saltar al parqué en cuestión de un año, y se estima que su valoración rondará los 30.000 millones.

Si los gigantes del sector tradicional logran aguar la fiesta bursátil de Airbnb o no está por ver. Lo que es evidente es que harán todo lo que esté en su mano para que así sea.

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