A ella le gustaría tener más responsabilidad en un imperio que, después de todo, ha ayudado a construir. Así que cuando Pietro es arrestado y encarcelado ella se hace cargo por sorpresa de una misión, enviando a su hijo a América del Sur, aventajando incluso a Ciro. Amenazada por las divisiones internas del clan y las amenazas externas de varios asesinos, Imma deja a amigos y enemigos con la boca abierta cuando descubren que es tan buena líder como su marido.