Alan Sparks se ve aturdido por la visión de su hija fallecida y huye con el bebé de Molly. Ocultos en un campamento que solían visitar cuando Katie era pequeña, Sparks llama a Anya, su mujer, para que les haga una visita y compruebe por sí misma que el vástago les ha ‘devuelto’ a su hija.