Collado abandona a su familia e intenta huir con la prostituta favorita del ruso Traian. Durante la escapada, Collado sufre una agresión que le deja en estado grave y le hace pensar que Bertomeu le ha traicionado. Mientras se recupera en el hospital, rememora los negocios turbios en los que apoyó a Bertomeu para conseguir la financiación de su voraz negocio inmobiliario. Las ramificaciones de sus corruptelas se han extendido durante casi dos décadas, y alcanzan a miembros de la corporación municipal y a otros empresarios de la zona.