Brennan y Booth acuden al lugar para reunir las pruebas e interrogar a los máximos responsables de la empresa que había fabricado la pieza. En el laboratorio, Angela consigue modelar las facciones de la víctima, a la que identifican como Harriet, una empleada de la fábrica de dulces. Su hermana, consternada, alerta a los investigadores sobre la falsedad del currículum que había enviado para conseguir el trabajo. La doctora Temperance y Booth tratarán de averiguar qué condujo a la joven a mentir.