Fisterra, A Coruña: un pueblo asomado al fin del mundo. Sus 5.000 habitantes viven tranquilos hasta que, una mañana de enero de 2011, el Alcalde, dos concejales y un funcionario municipal son detenidos por la ‘operación Orquesta’. La Justicia sospecha de los contratos que el Ayuntamiento firmó con el empresario Daniel Ogando.

Se trata del dueño de la empresa que se adjudicó, sin concurso, los más de 300.000 euros que costó el césped artificial del campo de fútbol del pueblo. Las escuchas telefónicas de la investigación dejan claro cómo se las habrían arreglado los Ogando para ganar los concursos públicos: “Quien tiene eso en la mano es el secretario. Puede abrir los sobres. Os puede ayudar. ¿Entiendes? Puede mirar los sobres antes de abrirlos. Ya lo hizo”.

Un escándalo de corrupción con dinero público y, sin embargo, cuando el alcalde detenido llega al juzgado, le aclaman. “Tristemente, cuando trajeron al Alcalde a declarar a Corcubión, lo que se veía de los vecinos era una mayoría de aprobación de cara al Alcalde”, denuncia el BNG.

Sólo cuatro meses después de su detención, hay elecciones en Fisterra y el presunto alcalde corrupto obtiene mayoría absoluta. El PSOE lamenta el bochornoso espectáculo: “Volvió a ganar con mayoría absoluta. Los resultados de las elecciones dieron entre pena y tristeza por el pueblo”. Desde el BNG, no entienden “cómo la gente lo puede volver a votar cuando, supuestamente, ha cometido delitos.”

A más de 1.000 kilómetros de Fisterra está Almogía, en Málaga. Aquí también saben lo que es tener a un alcalde imputado y reelegirlo. En 2009, la Guardia Civil pasa todo un día registrando el ayuntamiento por irregularidades en siete licencias urbanísticas.

Cristóbal Torreblanca es el alcalde socialista de este pueblo de 5.000 habitantes desde hace más de 30 años. Hoy está imputado por prevaricación pero no se esconde ante las cámaras de ‘laSexta Columna’: “Dije que si había algo raro con respecto a mí yo dimitíade inmediato. Como eso no ha sucedido y yo sabía que no iba a suceder, por eso no he dimitido”.

Está imputado, pero no dimite. Y asegura que, le pese a quien le pese, él volverá a presentarse a la alcaldía: “El partido me lo ha pedido”. Así que le preguntamos a Ximo Puig, responsable de regeneración democrática del PSOE: “Las personas que estén imputadas por corrupción no pueden ir en una lista. Otra cosa es que en este caso no puedo decir nada porque no tengo ni idea. Sería poco decente hablar de un caso del que no tengo conocimiento”.

Fisterra y Almogía, con alcaldes imputados a quienes los vecinos han vuelto a entregar su confianza, no son dos excepciones. En las municipales de 2007, de cada 10 alcaldes imputados, 7 fueron reelegidos. En 2011 mejoramos un poco: de cada 10 alcaldes imputados, las urnas absolvieron a 4. ¿Qué responsabilidad tenemos los ciudadanos en la corrupción?