Todos los políticos imputados sueñan con que su aventura judicial acabe como la del alcalde de Cabanas, en la provincia de A Coruña. Germán Castrillón, del PP, fue imputado, no dimitió, ganó las elecciones, se mantuvo en la alcaldía y ahora ha sido absuelto por la justicia.

Un tribunal consideró que un edificio del pueblo era demasiado alto y obligó al alcalde a derribar la última planta e indemnizar a los propietarios. Hacerlo costaba más de un millón y medio de euros, la mitad de todo el presupuesto anual del ayuntamiento. Castrillón no tiró las casas a tiempo y fue imputado por desobediencia.