Tanto en Afinsa como en Fórum, había jefes visibles y jefes invisibles. En el caso de Fórum, el invisible era José Manuel Carlos Llorca. Este sería el currículum del arquitecto de ese pelotazo. Lo primero que llama la atención es que es el hombre invisible. Sólo tenemos una foto de él en activo. La encontraron unos policías en el registro de su mansión de Marbella. Estaba junto a su carné de conducir, caducado, igual que su pasaporte y su DNI español. 

La última vez que los renovó, España tenía un cítrico como mascota de su Mundial de fútbol. Durante un cuarto de siglo, Llorca se mueve sin documentación. Al menos, sin documentación real, porque José Manuel Llorca se ha llamado en todo este tiempo: José Manuel Carlos Llorca Rodríguez, Carlos Yorka, Carlos Rodríguez, Charles Rodríguez y hasta Simon York.

La Agencia Tributaria pone la siguiente línea de su curriculum: el gran blanqueador. A sus ojos, es como Belice, Bahamas o las Islas Caimán: un paraíso fiscal en sí mismo. "Amiguitos" de guerrillas africanas, narcotraficantes italianos, o proxenetas rusos. Para todos ellos habría blanqueado dinero Llorca. Creó una sociedad que en realidad era algo parecido a una lavadora de dinero sucio.

Su sistema llevó a una empresa suya a ser el valor que más creció en la bolsa de Valencia en el 97. Tan original era, que a una de las entidades de blanqueo le puso un nombre desafiante, el del hombre que le investigaba: Garzón Investments.

El de asesor es el siguiente punto de su currículum. Llorca ayudó al Instituto Nóos, el de Urdangarin, a formar su red de empresas tapadera. En 2010, el cerebro de Fórum debería haberse sentado en el banquillo del Caso Malaya. A su lado habría estado Julián Muñoz, a quien, por cierto, también vendió, como mínimo, 21.000 euros en los sellos.     

Pero Llorca se fugó, y así llegamos al último punto de su currículum: el desaparecido. En Venezuela se hizo la cirugía estética. Se compró una casa y un avión y, al parecer, también a unos cuantos policías. 

Ahora es uno de los ladrones más buscados de Europa. Pero cuando vendía sellos, todos le aplaudían. El único que se atrevió a denunciarlo fue Miguel Ángel Blanco, un experto en filatelia. Nadie le hizo caso. El Banco de España consideró además que aquello no era un producto financiero y que, por lo tanto, vigilarlo, no era su responsabilidad.

La Audiencia Nacional finalizó su investigación el pasado octubre. Condena a 3 responsables de Afinsa a devolver más de 1.800 millones  y acusa 32 responsables de Fórum de estafar más de 3.700 millones. 

Los expertos coinciden: los afectados lo tienen muy difícil para recuperar poco más del 20% de su dinero.  Los culpables se han declarado insolventes. Sólo tienen humo.

Y Llorca, mientras tanto, sigue huido de la justicia.