El presidente del Gobierno va premiar a los emprendedores del momento y entre ellos está uno de los referentes españoles, Jenaro García, el dueño y creador de Gowex. Cuando Jenaro lanzaba las campanas al vuelo, facturaba 180 millones. Cotizaba en París, Madrid y Nueva York; recibía millones de euros en subvenciones, le concedían créditos y avales para desarrollar su negocio. 

Jenaro tenía motivos para no dejar de tocar la campana y alzar el pulgar. Su aventura empresarial era una fiesta. Y esos 2000 millones salían de autobuses y quioscos, que funcionaban como antenas para dar wifi gratis. Gowex es un negocio que vuela. En su vídeo corporativo muestra su expansión por el mundo. Por París, por Dubai, Hong Kong, Buenos Aires, Nueva York, San Francisco. 

Jenaro se consideraba un superhéroe que llevaba el wifi gratis por el mundo. Jenaro es Wifiman. Sin embargo, en este cuento había una firma de análisis de inversiones que conocía el secreto de Wifiman. Una compañía con el nombre de la ciudad de Batman, Gotham. 

Esta firma estudió durante meses el negocio de Jenaro y no encontró nada bueno. Solo cuentas infladas. Balances falsos. El 90% de su negocio era mentira. Cuando lo contaron, las acciones se desplomaron, la cotización se suspendió y así sigue.

Un inversor veterano, un periodista experto, el antiguo presidente del supervisor, a todos convenció Jenaro. Pero más que a nadie, a las 5.000 personas que compraron sus acciones. 

La mejor empresa del mundo resultó ser humo. Dos días después del informe Gotham, Jenaro se presenta en la Audiencia Nacional y reconoce que ha falseado las cuentas. Un gigantesco timo del que nadie se dio cuenta. Fallaron todos los que debían haberlo impedido.