Los expertos en salud pública alertan de la excesiva medicalización del sistema. España es el segundo país del mundo en consumo de fármacos por habitante. La experiencia de Enrique Gavilán como médico confirma la estadística. Los habitantes tienen “farmacodependencia” y es que es un recurso “muy cómodo para todos”.

Cómo médico, todos los días receta algo sabiendo que no va a servir para nada para que se vayan los pacientes más contentos. “Recetar es muy fácil. Recurrimos a ello porque tenemos prisa”.

Los médicos ahora recetan el principio activo que es el nombre que lleva la sustancia del medicamento. Cuando el médico tiene libertad de elegir la marca del fármaco, eligen por “presión comercial”, por parte de los visitadores médicos. Estas personas ofrecen productos promocionales junto a obsequios no permitidos por ley. Enrique ha aceptado esto e incluso viajes gracias a la industria farmacéutica.

"Recurrimos a la receta porque tenemos prisa"

Económicamente hablando, los beneficiados de la sobremedicación son las “industrias farmacéuticas”.  La creación de nuevas especialidades, va de la mano en algunas ocasiones de nuevas enfermedades que se han ido generando entorno al uso de determinados medicamentos.  “Hay ocasiones que el medicamento ha sido antes que la enfermedad”. Por ejemplo el fracaso. Están medicalizando ese tipo de proceso, muy notorio en los niños con el fracaso escolar. Se dan derivados de la anfetamina que a larga “no se sabe que puede pasar”. Se está recetando porque “la enfermedad se ha creado porque había un producto farmacéutico que había que vender”.