¿Puede una mentira explicar una verdad? Este fue el reclamo que utilizó Jordi Évole para crear expectación sobre el documental que acaparó la audiencia del 23 de febrero. Era 2014 y hacía 34 años del fallido golpe de Estado que pudo cambiar la historia de la democracia española. En 1981, el teniente coronel Antonio Tejero tomó el Congreso de los Diputados como abanderado del descontento militar hacia ciertos aspectos de la Transición.

El Gobierno de Adolfo Suárez no pudo contener la tensión derivada, entre otras cosas, del descontento del Ejército, la violencia de ETA o la crisis económica que acechaba a una sociedad incapaz de acomodarse a la democracia. Esa situación le estalló en las manos a las instituciones del Estado en el golpe del 23F.

Esta es la versión -formato reducido- que todos conocíamos hasta el 23 de febrero de 2014. Ese día conocimos una verdad alternativa. Jordi Évole desveló que el golpe de Estado fue en realidad un montaje. Una farsa casi cinematográfica dirigida por José Luis Garci que contó con la connivencia de gran parte de los líderes políticos de la época e incluso del rey Juan Carlos. Todos estaban en el ajo de aquel famoso "¡Todo el mundo al suelo!" que pronunció Tejero en el Congreso.

Esa es la versión que se le ocurrió a Évole y su equipo. Necesitaban arrojar luz sobre un acontecimiento histórico casi tabú. Su objetivo no era otro que denunciar la opacidad de todo cuanto ocurrió aquel 23F. No había intención de engañar a la audiencia con un falso documental. Pretendían demostrar que no sabemos tanto como creemos de un hecho que pudo haber cambiado el rumbo de España.

"El Tribunal Supremo no autoriza la consulta del sumario del juicio hasta que hayan transcurrido 25 años desde la muerte de los procesados o 50 años desde el golpe". Así finalizaba 'Operación Palace'. Y ese fue el argumento al que se agarró Jordi Évole para poner patas arriba a la opinión pública. Hubieran preferido informar con la versión oficial en la mano. Pero no era imposible. Los tiempos establecidos lo impiden y eso abona aún más el terreno para especulaciones y fabulaciones.

Iñaki Gabilondo, Fernando Ónega, Jorge Verstrynge, Luis María Ansón o el propio José Luis Garci fueron algunas de las personalidades que prestaron su imagen al experimento de Évole y su equipo. Fueron cómplices de un género difícil de ver en televisión (el falso documental o 'mockumentary') que devolvió el golpe del 23F a primera plana.