El ex empleado de la banca, asegura que los que vendían las participaciones preferentes“no sabían el riesgo que colaban a sus clientes”.

El nombre quiere decir que “va a cobrar el penúltimo, tiene preferencia si el banco cierra frente a los accionistas. Cuando usted cobre no habrá ni un duro. Es una preferencia ficticia. Eso sí es un engaño”, explica.

Dolores Dacal es una persona engañada por las participaciones preferentes y les cuenta su mala experiencia a Jordi Évole y a Pau Monserrat. Se enteró de que ‘se la habían colado’ cuando su hija lo miró. Buscó respuestas a la directora que se lo vendió y aseguró que no sabía lo que vendía.

El pacto que han hecho el PP y el PSOE para los afectados por las preferentes sólo sirve para algunas personas, casi “discapacitadas”, comenta Évole.

El caso de las preferentes es conocido pero “la banca puede ser que esté creando nuevos productos de riesgo y si no leen la letra pequeña y no la entienden lo seguirán colocando”, comenta Pau.