Jordi Évole pone un vídeo sobre las declaraciones de Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, el día 11 de julio de 2012, sobre el “modesto” número de manifestantes de la marcha minera comparándolo con los votos necesarios para salir concejal en el ayuntamiento.

Lo que hizo según José María Maravall, exministro de Educación y Ciencia fue “despreciar la intensidad de los sentimientos de las personas. Eso es antidemocrático”.

Manuel Cruz, Catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona comenta que el político debe saber leer los indicios que le muestra la sociedad. Y “cuando muestra un sufrimiento no se puede contestar así”, asegura.

Jordi le pregunta a la jueza Manuela Carmena si cuando se vota a un partido y no cumple sus promesas electorales, es delito. “Se planteó en varios países pero se denegó”, explican en la mesa de debate.

Manuel habla de la banalización de las promesas promovida por los propios políticos quienes afirman que los programas están para no cumplirlos. Algo que ha ido motivando una actitud poco exigente hacia la política. “Es un indicador de la devaluación de la política”.

Manuela habla de la irresponsabilidad de los programas, “porque los programas de las elecciones son de una vaguedad, falta precisión, sin datos técnicos… ya que están preparados para no cumplirlos”.

José María quiere concienciar a los ciudadanos de que “tienen un arma atómica en sus manos cuando se incumplen promesas que es el voto en las siguientes elecciones”.  “El castigo político es el mayor incentivo para que el político cumpla”.

A pesar de los obstáculos, la voluntad por tener algo acaba con un final feliz. Jordi muestra un caso ejemplar. Dionisio Delgado, un humilde abogado que consiguió que a un ciudadano no le quitaran su casa defendiéndole sin que le pagara. “Me estaba defendiendo a mí mismo porque el día de mañana me puede pasar a mí”. Manuela asegura que es un hecho para reflexionar.