Noemí Rocabert, directora de la escuela Mestre Morera, explica que en el centro detectan que los niños pasan hambre porque hay alimentos que no conocen. Asegura que hay niños que “no traen bocadillo, ni fruta, ni nada para el desayuno”.

El colegio es público y gratuito pero hay servicios que tienen que pagar los padres como es el caso del comedor y que no pueden. “Nosotros les ofrecemos una ayuda solidaria de dinero a cambio de que ellos se comprometan a mejorar la educación de sus hijos”.

Sin esas ayudas, muchísimas familias no podrían pagar el comedor. “Tenemos 110 niños en el comedor y tenemos 110 peticiones de becas”, explica. El dinero lo saca la escuela de personas que hacen donativos. “Los llamamos padrinos porque es una palabra muy familiar”.

Noemí explica que “venimos del capitalismo, que es corrosivo y nos ha acostumbrado a cosas terribles como que todo es culpa del Gobierno”. Asegura que ellos pueden convertir la escuela en un lugar de “transformación social”. “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, hacen cosas pequeñas que transforman el mundo”, concluye.