Zaida Cantera explica a Jordi Évole que se hizo militar porque ya era algo que quería ser de pequeña. La capitán cuenta que cuando era una niña su padre les llevaba de veraneo al pantano de Sacedón, cerca de Madrid. Asegura que por aquel entonces había militares que en los veranos hacían maniobras, y justo en uno de esos veranos uno de esos militares, después de hacer las maniobras, fue y acampó.

"No tenéis ni idea. Sólo sabéis las cosas bonitas"

Zaida explica que uno de sus hijos era sordomudo. "Los valores que le transmitía a su hijo eran los mismos que me transmitía mi padre, pero el hombre no sólo se los transmitía a su hijo, sino que, además, su trabajo se basaba en esos valores", asevera. Y es que según la capitán "el trabajo del militar se basaba en esos valores; en el esfuerzo, en la dedicación hacia otros, en la valentía, en la honorabilidad, en la ejemplaridad, en la disciplina... Muchos otros trabajos lo tienen también en su medida, pero fue la figura que se puso en medio de mi camino".

Sin embargo, cuando entró en el Ejército se dio cuenta de que "la sociedad tiene un desconocimiento total de lo que son sus Fuerzas Armadas", tanto de lo bueno como de lo malo. "No tenéis ni idea. Sólo sabéis las cosas bonitas". Según Cantera, de lo que se tiene desconocimiento es "de lo que realmente se sufre, se padece u ocurre dentro del Ejército en un país que se rige por unos valores que se consideran democráticos. Y el militar no está siendo tratado con esos valores", asegura. La capitán del Ejército de Tierra explica que cuando entras en la Academia y te plantean una pregunta y tu das tu opinión, te dicen: "Esto no es una democracia. No seas sindicalista". "No estás aquí para pensar, estás aquí para obedecer".