Jordi Évole y el periodista Mikel Ayestaran se adentraron entre los restos de lo que fue la ciudad iraquí de Mosul, reducida a "talco" tras el asedio de Dáesh. "Su manera de establecer orden es el terror. Hablando con la gente de aquí, la palabra que más se repetía era miedo", explicó Ayestaran.

Asimismo, Jordi Évole visitó un campo de refugiados a las afueras de Mosul para conocer la historia de los que habían vivido allí. El periodista habló con un niño que contaba cómo "un avión europeo" había atacado su casa. Su hermano había muerto en el ataque, y su padre de diabetes: "Al ver morir a su hijo ante sus ojos cayó muerto", indicó una mujer del campo de refugiados.

Salvados también mostró cómo eran los libros de los niños en las escuelas de Mosul en tiempos de Dáesh: armas, tanques, mochilas de explosivos y granadas. Además, un hombre indicó que "les enseñaban a utilizar cuchillos y fusiles" y que, incluso, mostraron "a una niña cómo ponerse un cinturón de explosivos para inmolarse entre la gente".

Por su parte, un expolicía de Mosul explicó en Salvados las torturas a las que había estado sometido por parte de Dáesh: su único 'delito' había sido ser agente. "Dáesh me había capturado y torturado. Había estado un mes detenido en la cárcel. Cada día alguien me apuntaba con una pistola y me decía: 'despídete, vas a morir'. Por la mañana iban cinco hombres a pegarme y azotarme", explicó.

El presentador también estuvo en primera línea de la guerra contra Dáesh en Raqqa, con el equipo de Salvados y el combatiente español de YGP Internacional, Alberto García. "Llevan una vida a la intemperie, sufriendo la falta de agua y comida, son héroes", destacó García.

Allí, Évole escuchó la caída de una bomba de Dáesh cerca del lugar en el que estaban. "Ver noches que están iluminadas por el fuego y las ametralladoras, los disparos y los bombardeos, es bastante poderoso", destacó García.

Además, el periodista preguntó al combatiente español de YGP Alberto García si alguna vez había muerto delante de él algún compañero. "Las minas son más escandalosas, pero los francotiradores son lo que menos te esperas, pueden matar a un compañeros tuyo al lado sin que te des cuenta", explicó

También vivió con el equipo de Salvados cómo curaban a los ciudadanos que habían sido heridos por Dáesh en Raqqa. "La guerra es patetismo, olor a muerte, cansancio, no tiene nada de épica", destacó el combatiente español de YGP Internacional, Alberto García.

Una combatiente en Raqqa contra Dáesh recordó en Salvados cómo había sido la "masacre en Shengal" de 2015: "Los jóvenes, de entre 14 y 20 años, y los ancianos fueron quemados, mataban a los hombres delante de sus hijos y familiares y secuestraban a las mujeres".

Una madre de un terrorista del Dáesh aseguró a Jordi Évole en Salvados que en su zona les trataban "bien", "ayudaban económicamente a las personas pobres" y "no mataban inocentes". Con todo ello y después de morir sus hijos, ella manifestó que había sido por "bombardeos de aviones europeos".