El presidente del Parlamento danés recibe a ‘Salvados’ y asegura que no es una excepción porque una parte de su trabajo consiste “en recibir visitantes foráneos”. Además, confiesa que nunca ha hecho una rueda de prensa sin preguntas. “No creo que la prensa danesa nos lo permitiese”, asevera.

Sobre la tentación por colocar a un familiar suyo como asesor suyo, el presidente del Parlamento danés asegura que “nunca” la ha tenido: “Creo que se tildaría de totalmente inadecuado en el sistema político danés”.

A Mogens Lykketoft no le incomoda que el ciudadano danés sepa según qué cosas, acerca de lo que cobra, de su patrimonio, de si tiene acciones en alguna empresa… puesto que “es democráticamente necesario que los ciudadanos tengan esa información”. Y es que el presidente del Parlamento ve un riesgo en el futuro que es que “los lobbistas y el interés del capital privado lleguen a dominar completamente la vida política y se apoderen de los partidos políticos”. Por ello, ve necesario que los ciudadanos conozcan “si existen tales relaciones”.

"Aquello que se paga a la comunidad revierte en beneficio de todos"

Lykketoft asegura que “son pocos los políticos que se han aprovechado de su cargo para enriquecerse en Dinamarca”. El ejemplo que recuerda de un político que haya tenido que dimitir por un caso de corrupción es el ministro de Justicia del Gobierno actual que tuvo que dimitir porque una mayoría del Parlamento, incluido un partido que apoya al Gobierno, y toda la oposición en su conjunto dijeron: “Tú has facilitado información errónea al Parlamento. Eso es inaceptable y te tienes que ir”, explica.

En Dinamarca, el presidente del Parlamento asegura que sonconscientes de que la corrupción en sus diferentes formas es un problema muy grande en casi todo el mundo”. Considera que son “una pequeña isla que ha logrado mejor que la mayoría de los otros países combatir ese problema, pero la mayoría de las sociedades tienen problema de corrupción”.

Además, cree que en España se podría llegar a una situación como la que viven actualmente en Dinamarca, pero advierte que es un “largo recorrido”: “Hay que trabajar las actitudes y tradiciones, tanto de la población como de los funcionarios y los políticos. Pero también es cuestión de justificar que aquello que se paga a la comunidad revierte en beneficio de todos”, concluye.