El president de la Generalitat asegura que con Aznar “empezó, no solamente una regresión en términos autonómicos, sino una actitud de menosprecio, algunas veces incluso humillante… Eso no toca directamente el bolsillo, pero toca la dignidad y toca la confianza y, por tanto, la amistad”.

La segunda fase, dentro de las etapas para llegar a la situación actual de Cataluña de las que habla Artur Mas se produjo en junio del 2010 con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut Catalán.“Una sentencia absolutamente innecesaria, pero absolutamente humillante”, asegura Mas.

Felipe González coincide en que hay un punto de inflexión en la sentencia del Tribunal Constitucional de junio de 2010. “De la sentencia me molestan dos cosas: una literatura absolutamente innecesaria en la que se hacen juicios políticos de valor, y no constitucionales; y que los pocos artículos suprimidos del Estatuto de Cataluña están vigentes en otros Estatutos”, asevera.