En Ibiza, Jordi Évole entrevista a María Luisa Cava de Llano, actual miembro del Consejo de Estado y política del Partido Popular que pasó por todos los niveles de nuestro sistema político, desde concejal en el ayuntamiento de Ibiza hasta diputada en el Congreso y Defensora del Pueblo. Cuando la nombraron Defensora del Pueblo, María Luisa confiesa que le “encantó” porque para ella es un trabajo “apasionante”. “El hecho de poder ser lo que es el Defensor del Pueblo, la voz de los que no tienen voz… Eso para mí es lo más maravilloso que he hecho nunca”, asegura.

María Luisa tuvo que renunciar a su trabajo como abogada y cuando dejó su puesto como Defensora del Pueblo cobró una indemnización. “Al haber existido incompatibilidad durante el tiempo que has estado para ejercer tu profesión, se supone que te han de dar una indemnización  hasta que puedes volver otra vez a captar tu clientela y volver a seguir con tu actividad”, le explica a Jordi Évole. Cobró el 80% durante dos años, “unos 3.000 y pico euros al mes, durante dos años”, comenta.

"No conozco a ningún diputado que haya estado en paro"

En sus siete años como diputada, asegura que los diputados que ella conocía, no habían estado en paro, una situación por la que han  pasado el 80% de los españoles. Además, no cree que el hecho de no haber estado desempleado  aleje a los políticos de los ciudadanos. “Yo tampoco he estado en el paro y no lo creo”, comenta. Para no alejarse de ellos, Cava de Llano explica que hay que vivir el día a día, siendo cercana a la gente, conociendo sus problemas,   siendo una persona abierta, teniendo un mínimo de conciencia social y escuchando a los demás. “Estar abierto al mundo que te rodea”, resume.

La miembro del Consejo de Estado confiesa que no se ha vuelto a afiliar al PP porque prefiere esperar un poco a que se tranquilicen las cosas en el partido. “Últimamente hay que esperar un poquito a que se clarifiquen y se tomen determinadas resoluciones por parte de todos”, comenta. Y es que, María Luisa confiesa estar triste por muchos motivos. “Compañeros míos en los que tenía puesta mucha ilusión y mucha admiración y ha resultado que han metido la mano en la caja. Y eso es imperdonable bajo mi punto de vista”.

La que fuera Defensora del Pueblo da nombres: “Rodrigo Rato, presidente del grupo parlamentario mientras yo fui diputada y Jaume Matas, que ha sido presidente de la comunidad autónoma, con quien yo tenía una magnífica relación. La decepción también ha sido muy grande. Entonces llega un momento que dices: ‘Bueno, ¿vale la pena entregar  toda una vida para que luego ocurran cosas tan tristes y tan vergonzantes? Es difícil aceptarlas”, asevera.