Diego Arroyo, estudiante de ADE y Ciencias Políticas, cree que no se abre una nueva etapa, “sino que se mejora una que estaba antes. No creo que haya que pasar como Atila por encima de los mejores 30 años que ha tenido este país política y económicamente. Y creo que el príncipe, que está más preparado que su padre, mejorará la transición y la actualizará  para nuestra generación”.

Pablo Padilla, miembro Juventud sin Futuro y en la Oficina Precaria, asegura que “se abriría una nueva etapa si nos dejaran opinar. Si todo sigue como parece que es cambiar a Juan Carlos por Felipe, no hay nueva etapa. Quieren que cambie todo para que nada cambie”.

Para el portavoz del Grupo Popular en el Parlamento vasco Borja Sémper “objetivamente se abre una nueva etapa. El rey y el príncipe de Asturias han entendido la necesidad de un nuevo impulso. Es una institución de las más antiguas que tenemos, pero es la que antes ha entendido esa necesidad de regeneración  a través de un nuevo impulso. En un momento en el que hace falta y la gente pide cambios, evolución, modernización o regeneración esto va a ayudar a eso y va a obligar a otras instituciones que no lo hacen a que se modernicen”.

"Quieren que cambie todo para que nada cambie"

Guillermo Zapata, miembro de Movimiento por la Democracia, cree que lo que hace la Casa Real en estos días es “una maniobra de respuesta a un deseo de democratización para intentar seguir controlando cómo ese deseo de democratización se establece. Prueba de ello es la posibilidad real o no de decidir si es el modelo que queremos o no”.

María Almena, doctora en Bioquímica, recuerda que en la Constitución explica que hay un artículo que dice que las cosas relevantes para el pueblo se le preguntará al pueblo, “y más relevante que el modelo de Estado, y más relevante ahora en este momento en el que no todos nos identificamos con esa cultura de la Transición que se inculcó mediáticamente y que ha sido un proceso educacional de la generación anterior...  Se ha vendido la Transición de una manera en la que no todos estamos de acuerdo”.

Jordi Évole propone un ejercicio de política-ficción. “Imaginaos que hay un referéndum para decidir si hay monarquía o República. ¿Qué creéis que saldría?”, a lo que se suma “¿Felipe VI sí o no?”, pregunta. Hay opiniones para todos los gustos.