A pesar de los sueldos bajos y la precariedad laboral, hay encuestas que afirman que el 85% de los jóvenes hasta 24 años tienen un smartphone, o que cuando hay un festival donde las entradas son realmente caras, a veces superan los 100 euros, y se ve que está a reventar de jóvenes.

La directora de cine Mar Coll piensa que “hasta ahora hemos sido bastante consumistas”, pero quiere creer que de alguna manera está cambiando, porque también hay un aprendizaje. La coyuntura de choque es que aprendas y te des cuenta de que puedes gastar de otra manera, porque como no has tenido mucho para gastar, pues aprendes a vivir de otra manera” .

Pablo Padilla, miembro Juventud sin Futuro y en la Oficina Precaria, explica los datos alegando que “la gente joven habla por WhatsApp. Si no tienes móvil, no te enteras del plan que hay.  Es así de sencillo”. Explica que hace dos años todas las telefónicas regalaban el móvil. “Eso son dos elementos que hay que tener en cuenta”, comenta.

"En España tenemos un capitalismo de amigotes"

En cuanto si han sido una generación consentida, Mar Coll cree que ha sido “una generación un poco individualista y hemos estado un poco alerta a algunas cosas, más que consentida y que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.

Diego Arroyo, estudiante de ADE y Ciencias Políticas, confiesa que quiere ser empresario pero explica que el problema que hay en España es que “tenemos un capitalismo de amigotes, donde las conexiones políticas acaban definiendo si tienes éxito empresarial o no”. El joven explica que “nos congratulamos porque estamos construyendo el canal de Panamá, pero nadie se paró a pensar cómo es posible que España tenga tres grandes constructoras multinacionales  que están haciendo obras en todo el mundo. Eso es posible porque esas constructoras que vienen de la Transición, pues tenían ciertas conexiones políticas que les permitía ganar de forma encadenada toda la serie de obras públicas que realizó España cuando hacía las infraestructuras”.

Borja Sémper, portavoz del Grupo Popular en el Parlamento vasco, creeque no tenemos una libertad de mercado como tal en este país porque la política influye mucho en el mercado, manosea mucho. Contratar sale carísimo”. Una máxima que según Pablo Padilla “se lleva repitiendo en este país sistemáticamente. El problema es que tenemos a un poder fáctico que es la patronal, el Círculo de Empresarios, la CEOE, te repite una y otra vez ‘el problema es que cuesta mucho despedir’. Pues hemos tenido dos reformas laborales que avanzaron el despido y aquí sigue habiendo el mismo número de parados. Así que algo de trampa tendrá este argumento”, concluye.