La formadora de Extremadura lleva diez años ejerciendo como profesora en este tipo de cursos. “Desde el primer año, con estas condiciones: parte del sueldo se le devuelve a la empresa. Desde el año 2003-2004 que empecé,  hasta hoy en día. […] Sigue pasando, sí.  Es lo normal”. Ella misma relata cómo se efectuaban estos pagos fraudulentos: “A mí me pagaban a través de un cheque. El director del centro venía conmigo a cobrar ese cheque. Llegábamos al banco, ese cheque se entregaba al cajero.  Y yo no llegaba a tocar el dinero. Es decir, el propio director del centro apartaba el importe de esa cifra que ellos se iban a quedar y a mí me daba el resto”.

"Parte de tu sueldo se le devuelve a la empresa. Es lo normal"

Jordi Évole se interesa por confirmar el mito de los “alumnos ficticios”, es decir, gente que no iba a los cursos pero aparecían en las listas de asistencia. La formadora de Madrid afirma que había “muchos”: “Si en un curso había inscritas quince personas, asistían cinco. […] Supongo que la dirección del centro firmaría sus partes  de asistencia de alguna manera”. Preguntada por si se producían inspecciones para desmantelar este fraude, ella responde: “En mi caso, sabían cuándo iba a venir el inspector y llamaban a familiares, amigos, otros trabajadores del centro de formación para que fuesen allí a hacerse pasar por otras personas”.

La formadora de Galicia ahonda en el porqué de acceder a este tipo de prácticas a sabiendas de que se trata de irregularidades: “Es que, ¿hasta qué punto te puedes exponer como persona individual a buscar pruebas sobre ciertas entidades? Lo puedes llegar a pensar, pero hacerlo... No sé.  ¿Hasta qué punto te va a compensar hacer por el bien de la sociedad?”.