Jordi Évole entrevista a un africano que empezó su aventura hace siete años. Lleva cuatro años en Marruecos. Explica que no fue fácil el camino hasta llegar al país porque “cruzas el desierto. Puedes pasar semanas en el Sahara solo bebiendo agua y comiendo dátiles”.

Salió de su país con un grupo de 25 personas. “Había una mujer con nosotros pero no pudo acabar el viaje. Murió. Nuestro coche se estropeó, llevábamos dos semanas y nos quedamos sin sustento para vivir, como el agua. El joven explica que es jugador de fútbol pero nada era fácil en su país porque sus padres no podían ocuparse de él. “Así que decidí emprender la aventura”, comenta.

Nunca ha llegado a vivir en España aunque lo ha intentado. Y es que intentó saltar la valla tres veces pero “siempre, cuando bajo, la Guardia Civil me coge y me expulsa. No puedo decir todavía que haya residido en España porque cada vez que paso la frontera me cogen”.

"Cada vez que paso la frontera me cogen"

Explica que la Guardia Civil “siempre nos pone palos en las ruedas porque cuando estamos arriba y queremos bajar ellos nos disparan con balas de goma y no podemos bajar. Es muy complicado. En el último intento había alguien arriba que intentaba pasar y no pudo. La Guardia Civil llamó a los marroquíes, abrieron una puerta pequeña que hay en la valla y entró un soldado marroquí que atrapó al que estaba arriba e intentó empujarlo para hacerlo caer. Sus compañeros le dijeron que no había que hacer eso. Incluso la Guardia Civil le dijo que no empujase”.

El 18 de marzo fue el último día que intentó saltar la valla. “El salto se hizo sobre las siete de la mañana”. Jordi Évole le cuenta que, en las últimas semanas, han sido portada de los medios de comunicación más importantes. El periodista le enseña una portada con una fotografía de varias personas intentando saltar la valla. Un salto del que se sabe que, por lo que ha contado la Policía y también lo que han publicado los medios de comunicación, saltaron 500 subsaharianos. Sin embargo no se sabe si hay víctimas.

El joven futbolista explica que hubo muchas. “No las pudimos contra todas. En este ataque hubo un montón de muertos y de heridos difíciles de contar, porque desde que llegamos comenzaron a coger piedras para lapidar a la gente que iba hacia la valla. Y el jefe de los guardias marroquíes cogió el coche para aplastar a la gente. Se lanzó sobre la gente, matando algunos que se quedaron tendidos en el suelo”, comenta. “Mi hermano pequeño estaba entre la multitud y fue atropellado por el coche. Y está muerto”.

El africano tiene un sueño: “ser un gran futbolista el día de mañana para que el mundo entero hable de mí”.