Alejandra se desplaza hasta la cárcel de mujeres de Sao Paulo. Allí busca a Rocío, la mujer de un preso español: Rafael, quien le contó su historia a Alejandra. Él viajó a Brasil una vez entró su novia embarazada en prisión. Más tarde también entró en prisión él al comprar un artículo robado. Rocío dio a luz y ahora su hijo Alonso, de 8 meses, vive con una mujer que le cuida mientras sus padres están presos.

Así Alejandra conoce a Rocío, sevillana de 31 años. Condenada a tres años y diez meses por tráfico de drogas. Rocío le cuenta a Alejandra todo lo que ha hecho Rafael por ella, y le da el permiso para que el equipo vaya a ver a su hijo Alonso.