Un vecino requiere de madrugada a la policía. Está molesto porque un individuo está aporreando su puerta con intenciones de entrar.

Acuden con prisa hasta el vecindario, en el que divisan gotas de sangre en las inmediaciones del portal. Entran, y la presencia de sangre continúa; y aumenta conforme suben las escaleras.

En un piso encuentran a un hombre sin pantalones tirado en el suelo. Está borracho, y presenta una herida en la cabeza.

Le acompaña una mujer, que explica que el hombre hacía mucho que no bebía. Resulta ser su marido, con el que se ha casado hace tan solo dos días.