Giuliano padre está bloqueado en el servicio, así que Chicote decide darle una oportunidad al más inexperto en la cocina, su hijo Giuliano. Les hacen saber que tienen en una de las mesas a la mujer que tiene la distribuidora de los productos italianos que han llegado al ‘Vivaldi’, N. Negrini, quien puede ser su mejor aliado.

Giu se empieza a hacer cargo de las comandas, empieza mandar, a hacerse cargo de la cocina y saca el servicio adelante. “Si no es por ti, no salimos hoy, que lo tengas claro”. Tanto es la ilusión que al terminar el trabajo le ofrecen prácticas en la escuela de hostelería ‘Hofmann’ durante dos meses. “Voy a intentar ser el mejor alumno del mundo”, asegura el joven.