Chicote sigue con su trabajo detrás de la barra. Atónito, le enseña al dueño utensilios para tratar comida llenos de suciedad reseca. Celso dice que él normalmente lo mete a la pila y lo lava, pero el chef le llama mentiroso. “No digo la verdad, pero mentir no miento”, asegura.

El chef ve una jarra de chimichurri con pompitas. “Las cosas con pompitas no son buenas”, y tira la jarra entera a la basura. También coge unas patatas guisadas que tampoco están para comer aunque para Celso sí. “Todo lo que veo es mugre y mierda”, comenta el cocinero. “Esto no pasa un control sanitario ni de puta coña”.

Con tantas razones que le da el chef para cerrar el local, el propietario se cabrea y reclama a sus trabajadores que estén delante también, porque él no tiene la culpa de todo. “Así no se puede atender un negocio, así no se puede tratar a la gente y así no se puede llevar un negocio adelante. Si lo que quieres es hundirlo, eres el ‘puto amo’. Te contrariaría solamente para hundir negocios”, comenta Chicote antes de explicar a los clientes que van a cerrar el negocio porque afecta a la salud de la gente.