El nuevo servicio, después de la limpieza de la cocina, vuelve a ser un caos. Los gritos de Pancho y Margot vuelven a protagonizar el servicio y los clientes se quejan del resultado de los platos. La carne la han pedido al punto y sin embargo, la cocinera ha vuelto a pasar la carne demasiado.

La empleada rusa no se cree que le devuelvan la carne, por lo que el propietario le quita los platos a “malas maneras para llevárselo a la cocinera”, comenta uno de los clientes.

La tensión acumulada hace que Pancho acabe pagando su frustración con los demás. Otro hombre se queja porque quiere la fritura sin escamas, algo que no sienta demasiado bien al cubano. “En mi casa, los clientes no siempre tienen la razón”, asegura el dueño. El cliente quiere hacerle una sugerencia sobre el plato, pero Pancho no lo acepta.