Alberto Chicote se propone a probar la comida de su reto italiano. Giuliano, el dueño, directamente le pone un risotto funghi sin darle la carta. El chef cree que no le han dejado leerla porque de ello no tienen nada, y efectivamente, el propietario le presenta los únicos platos que tiene.

El rissotto no está malo “lo único lo único que los ingredientes no son los adecuados”. Y es que, Giuliano le ha puesto champiñones, en vez de setas que es lo que debería llevar el plato. El chef quiere una pizza ‘Vivaldi’. Sin embrago, Chicote tendrá que esperar un momento porque los chicos de la cocina están preparando la masa. “Media hora no es un momento”, comenta el chef. Por ello, Alberto cambia la pizza por ñoqui gorgonzola, o más bien por boloñesa que es la salsa que ha decidido echarle el italiano. “Este tío hace directamente lo que le sale a él de los cojones”, sentencia el cocinero.

Llega la hora de la cuatro quesos. El dueño le pregunta qué le falta al plato. Chicote asegura que le sobra un queso azul y le sobra todo menos la masa “lo demás no vale un carajo”. “Le falta ilusión, cariño, gusto, elegancia. Todo lo que hace que un plato sea bueno o no”. Unas palabras que a Giuliano parece no importarle. “Le acabo de poner a parir y no se le ha movido ni un músculo de la cara. Está absolutamente abajo”.

En la cocina, Giuliano confiesa a su hijo que le ha cambiado el queso para ver si reconoce qué es cada cosa. “Lo ha reconocido como un profesional”, le dice porque el dueño está probando al chef de ‘Pesadilla en la cocina’.