A orillas de la playa de Aguadulce, se encuentra ‘El chiringuito del Tío Matías’ cuyo dueño, Pancho, llegó hace diez años a España huyendo de Cuba. Emprendedor nato y entusiasta por naturaleza, Pacho decidió empezar de cero y aprovechar su dilatada experiencia como barman para montar un chiringuito de playa.

Su objetivo era conseguir que la gente disfrutara del paradisíaco entorno, la buena comida y el relax. Y lo hizo con la complicidad de Margot, una cocinera rusa de armas tomar. El éxito de este peculiar equipo provocó que el cubano arriesgara invirtiendo en nuevos negocios pero, lamentablemente, ninguno de ellos llegó a buen puerto.

Ahora, ‘El chiringuito del Tío Matías’ se enfrenta a su última oportunidad para salir adelante. Pero si no soluciona la mala marcha del local, este puede ser el último verano de Pancho al frente de ‘El

Un infierno en el edén

A pesar del idílico entorno en el que se encuentra, ‘El chiringuito’ cada vez va peor.  Las deudas cada vez son más acuciantes y los clientes escasean. Lo que antes era una fiesta constante hoy es un lugar triste en el que la polémica está en todo momento servida.

Alberto Chicote no tardará en descubrir cuáles son los verdaderos problemas del restaurante. Pacho y Margot viven en un constante estado de tensión, gritos y nervios que no hace sino ralentizar el servicio, impedir solucionar los contratiempos y estropear las cosas.

Pacho y Margot viven en un constante estado de tensión, gritos y nervios.

Ella es una mujer de armas tomar, incapaz de aceptar una sola crítica y que cocina sólo a su gusto, sin importarle en modo alguno las peticiones de los clientes ni sus quejas. Tanto que como no soporta la carne poco hecha, jamás saca de la plancha un entrecot que no esté prácticamente chamuscado. Le gusta fumar y beber dentro de la cocina y los gritos son su mejor manera de defenderse de un jefe algo insistente al que tampoco le resulta fácil organizarse en su parte del negocio, la sala.

Cuando las cosas no salen como esperan, Pancho paga su frustración con todo aquel que tenga delante, ya sean los clientes, la cocina o las camareras. Una explosiva mezcla que amenaza con tirar por la borda años de esfuerzo para llevar a la ruina a un restaurante con enormes posibilidades de éxito.

Alberto Chicote deberá lidiar con estos dos tercos compañeros, con una caótica organización del trabajo y con una planificación nefasta que no permite que una velada en ‘El chiringuito’ sea tranquila y relajada. ¿Conseguirán arreglar Pancho y Margot sus diferencias? ¿Podrá ella aceptar los consejos de un profesional como Chicote? ¿Y él admitir que las cosas hasta el momento se estaban haciendo mal? Sólo si lo consiguen podrán evitar que el restaurante en el que tanto empeño han puesto no tenga que echar el cierre.