'Taberna la Concha', la primera parada

Chicote posa para la nueva temporada

Pesadilla en la cocina estrena su tercera temporada en El Rocío, emblemática aldea de la provincia de Huelva, famosa por su virgen, su ermita y por una romería capaz de congregar a más de un millón de visitantes. Un reclamo perfecto para que los negocios de la zona funcionen como un reloj. Todos menos la “Taberna la Concha”, el restaurante de Antonio, un hombre de carácter explosivo, sobreprotegido por sus padres, fuertemente devoto y casado con Andrés, que ejerce de cocinero en el restaurante.

Pese a la ubicación privilegiada del local y de las posibilidades del negocio, “La Concha” está en la cuerda floja. Antonio está convencido de que todo radica en un problema de autoridad y culpa del mal funcionamiento del restaurante a sus empleados -jóvenes, baratos y poco preparados- y a un cocinero completamente desmotivado que, además, es su marido. Sin embargo, no podrá soportar las verdades que descubre cuando el chef Chicote le pone las cartas sobre la mesa.

El verdadero problema es él: Antonio tiene el carácter más incontrolable, difícil e imprevisible de todos a los que se han enfrentado Alberto Chicote en su andadura en Pesadilla en la cocina. Una personalidad extrema que se enfrenta a todo el mundo, protagoniza constantes estallidos de ira e impide que su equipo pueda trabajar en armonía.

Además, Antonio es incapaz de controlar su fuerte carácter y de aceptar sus propias limitaciones para dirigir el negocio. Tensión, reproches y enfrentamientos constantes sacuden día a día al restaurante y ahora Antonio está a punto de perderlo todo: su negocio, a su familia y su matrimonio.

Y también el lunes... 'Las Noches de Moscú'
En el segundo capítulo de estreno de esta tercera temporada, Alberto Chicote intenta salvar el restaurante con la peor comida que jamás había probado. Así califica el chef de Pesadilla en la cocina la carta de “Las noches de Moscú”, un restaurante ruso situado en el centro de Madrid que vive una situación desesperada por la nefasta gestión de sus dirigentes.

Raúl, uno de los llamados 'niños de la guerra', fundó 'Las noches de Moscú' hace 30 años

En el histórico barrio de Malasaña de Madrid, se encuentra “Las noches de Moscú”, un restaurante de cocina rusa fundado hace 30 años por Raúl, un hombre de los llamados “niños de la guerra”, que dejó su país a muy temprana edad, vivió 20 años en Rusia y luego regresó a mediados de siglo pasado a su tierra para emprender una nueva vida. Una vez asentado en España se puso al frente de “Las noches de Moscú”.

Pero después de 30 años de éxito en el negocio, Raúl decidió recientemente delegar la tarea de dirigir el que ha sido “el sueño de toda una vida” a su nieta y a su pareja. Sin embargo, ellos no han demostrado ser los mejores sucesores de Raúl. La comida que se sirve es pésima, la suciedad de la cocina más que notable y la relación entre los dueños y los cocineros es cada día más conflictiva. Si la situación no cambia el destino de "Las noches de Moscú" no es otro que el cierre.

Después de probar una comida de ínfima calidad, de comprobar que la situación de la diminuta cocina con sus tres cocineros es insostenible y ser testigo de la imposible relación entre éstos y los responsables del local, Alberto Chicote intentará dar un giro completo a “Las noches de Moscú” para que vuelva a ser el restaurante en el que Raúl tenía puestas todas sus esperanzas y que hoy está a pocos pasos de convertirse en un sueño roto.