La última foto que tiene Albert de su hija Olivia sale en un colegio con dos policías polacos, sí, de la comisaría de enfrente, pero que posaron sin más pese a la denuncia vigente por desaparición y secuestro.

El propio Alberto ha recorrido Polonia, hablado con jueces, detectives... hasta topar con una supuesta corrupción policial que impediría la detención de su exmujer.

Detrás, asegura, estaría la abuela polaca de Olivia, la que habría vetado visitas y llegado a hacer todo tipo de propuestas como comprarle a su hija.

En la búsqueda afirma que se habrá gastado "algo más de 50.000 euros". En estos casi cinco años, todo, hasta correr cientos de kilómetros, lo ha hecho por su hija.

Porque aunque tenga que denunciar a Polonia y a España ante el tribunal europeo, está convencido de que volverá a escuchar su risa.