Tras analizar el coste de 14 medicamentos esenciales, como antibióticos o el omeoprazol, la conclusión de la Fundación Civio es que que el precio varía radicalmente entre países con distintas rentas per cápitas. Un ciudadano de países en vías de desarrollo tiene que trabajar durante días para poder costearse el precio de algunas medicinas básicas.

Eva Belmonte, responsable de proyectos de Civio, asegura que "hay una bolsa de medicamentos de la Unión Europea, pero no se usa", en referencia al caso Sovaldi, el medicamento para pacientes que sufran de hepatitis y que, en España, su precio es uno de los más caros.

"Para un tratamiento completo de Omoeprazol, en España se necesita 1 hora de trabajo, mientras que en países como Kuwait o Santo Tomé se necesitan entre 11 y 41 días de trabajo para poder costearlo", asegura Belmonte. "Las diferencias son significativas, Kuwait tiene una renta muy alta pero Santo Tomé no".

El problema también llega cuando, en países en vías de desarrollo, el alto precio de ciertos medicamentos permite la aparición de falsificaciones en el mercado. Desde la empresa Medicamentalia aseguran que establecer el coste de producción de los medicamentos es imposible, lo que dificulta establecer un precio ajustado a la realidad por parte de los laboratorios.