El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia es el nuevo objeto de peregrinación para los católicos de todo el mundo. En Valencia sus creyentes no dudan que es el auténtico. Varios estudios arqueológicos lo sitúan también en la última cena de Jesucristo. Y es idéntico al que pintó Juan de Juanes en su cuadro La Santa Cena de 1560.

Ahora el Vaticano ha avalado el culto y devoción a esta figura. Algunos textos aseguran que el Santo Cáliz fue llevado por San Marcos desde Jerusalén a Roma donde se conservó hasta el siglo III. Después el papa Sixto II mandó trasladarlo a España huyendo del emperador Valeriano. Una vez en nuestro país fue ocultado en los Pirineos.

Todo ese trayecto está documentado a excepción del viaje que hizo el grial desde Barcelona hasta Valencia donde fue entregado en 1437. Desde entonces miles de personas ya lo han visitado. El Santo Grial es una de las reliquias más valiosas del cristianismo, por eso en León insisten en que la copa que levantó Jesucristo en la última cena es la que conservan ellos en el Museo San Isidoro.

Antes de conocer incluso la decisión del Vaticano desde León han promovido una campaña para que los ciudadanos encuentren el slogan que mejor defina a la Ciudad del Santo Grial. Porque lo que es innegable es que tras el culto religioso a estas reliquias existe también un importante negocio para las ciudades por la llegada de miles de turistas.

En Valencia ya han comenzado a organizar exposiciones y actividades culturales para aprovechar el tirón que supone la concesión del Año Jubilar. Y quién sabe, igual su catedral se convierte en el futuro  en el escenario donde Indiana Jones rueda una nueva película en la que encuentra el Santo Grial.