A pesar de que existen dos series de billetes en circulación, ambas están dotadas de medidas de seguridad y, a pesar de ello, tienen falsificaciones en la calle.

En primer lugar, hay que tener en cuenta el tamaño y el color del papel moneda, ya que cada billete correspondiente a un valor es distinto del resto de las cantidades.

Seguidamente, hay que seguir el consejo del Banco Central Europeo: hay que "tocar, mirar y girar" el ejemplar en busca de sus peculiaridades.

Todos ellos deben tener las siguientes muestras de su autenticidad:

- Al mirar el billete a trasluz, se debe poder ver una marca de agua y un hilo de seguridad.

- Además, tienen un motivo de coincidencia en el anverso y reverso del billete que, mirando de nuevo a trasluz, deben coincidir y componer el valor facial del billete.

- Al girar el billete, una holografía muestra el valor facial del billete y el motivo arquitectónico del mismo, que debe coincidir con el dibujo del frontal del billete.

- En el reverso del billete, con tinta OBI que cambia de color -entre morado y verdoso-, aparece escrito de nuevo el valor facial del billete.

Los billetes falsos tratan de imitar los legales, pero los falsificadores no disponen de los materiales o sustratos adecuados para hacerlo.

Por ello, cuando un ciudadano detecta un billete falso, debe ponerlo a disposición de las autoridades. Puede avisar de manera telemática al Banco de España o interponer una denuncia en cualquier puesto de las fuerzas de seguridad del Estado.