Este es el correo electrónico que alguien de confianza del  director general de la vivienda, Isidro Javier Zapata, del gobierno de Mª Dolores Cospedal ha enviado a todos los organismos de la consejería. Se trata de un curioso juego de palabras, como si de un apalabrados se tratase, pretende cambiar el significado cambiando la forma para en definitiva decir lo mismo.

Un nuevo fenómeno lingüístico desconocido hasta ahora.  Exige utilizar palabras "menos contudentes" para un acto, como el del desahucio, que es contundente en sí mismo. Y ordena que omitan la plabra en cuestión, repitamos: desahucio, de la información que envían a las familias cuando se va a proceder a él. Pero hay otras palabras prohibidas también: "desalojo, alzamiento y pérdida o privación de su vivienda."

Y son sustituidas por palabras o frases elegidas, eufemismos como: "que la deuda no prescribirá o usted seguirá siendo adeudor de la dministracion" o "el impago producirá todos los efectos previstos por la normativa". Pero ni rastro de ningún término que haga alusión a nada que signifique sacar a alguien de su vivienda por la fuerza.  Y avisa en mayúsculas: " id modificando o retocando los modelos o formularios que utilizáis". El comunicado termina rezando: "evidentemente, esto no afecta a los desahucios"

Las reacciones en las redes sociales no se han hecho esperar: en twitter la plataforma de afectados por las hipotecas en distintas provincias respondían así: "Hola, Mª Dolores Cospedal, tenemos algunas variantes por si no quieres decir desahucio: crimen, genocidio financiero", "Significado de ahuciar: esperanzar o dar confianza. Desahuciar: quitar toda esperanza", "el PP confunde garantizar derechos, parar los desahucios y prohíbe la palabra desahucio".

Ada Colau, presidenta de la plataforma STOP desahucios decía: "Cospedal, la palabra desahucio no cabe en vuestros sobres, ¿dónde la vas a esconder?"

Ya lo decía un poeta: "Se tienden a poner palabras allí donde faltan ideas..."