Una pintada hace saltar las alarmas. Apoyan al joven neonazi que mató de una puñalada a un menor de 16 años en el metro. En España,  las imágenes del asesinato marcarán un antes y un después en la historia de los crímenes del odio.

A través de los vídeos, la policía trata de identificar a los integrantes del nuevo grupo neonazi.  Como si de un ritual se tratara, se reúnen. Tapados, encienden bengalas y se ponen a bailar al ritmo de canciones con letras xenófobas.

Identifican a un viejo conocido de la extrema derecha con un violento historial delictivo. Su vinculación con la peña radical del Real Madrid lleva a los investigadores hasta las inmediaciones del Bernabéu.

Un policía les vigila desde dentro. Se hace pasar por uno de ellos. Durante dos temporadas se infiltra en la banda más violenta del fútbol. Su objetivo es averiguar quién lidera estos grupos violentos. Saben que están muy organizados y que tienen su jerarquía.

“Estos grupos son su familia, responden los unos de los otros. Por eso enganchan, también por el uso a la violencia. Cuando bajas al metro y ves que la gente se echa para atrás o se va, eso a ellos les gusta” asegura el agente. Además, reconoce que estos grupos son "capaces de matar por pensar diferente".