La 'isla del Tesoro' son apenas 600 kilómetros cuadrados. La mayoría de sus habitantes viven del turismo, gracias a cinco ‘macrodiscotecas’ que son el motor económico de la isla. Ibiza es una isla donde hasta un hotel se puede convertir en una discoteca.

Es el ejemplo del hotel Ushuaïa, donde encontramos la recepción a la derecha, el restaurante a la izquierda y, tras atravesar las puertas, un gran escenario. La fiesta de este hotel reconvertido acoge 5.000 personas y mueve a más de 400 trabajadores, casi un ejército que va a Ibiza desde diversos lugares del mundo. “El 90% de los que estamos aquí trabajando es porque en la península hay nada”, explica un trabajador.

Mientras el trabajo de los jóvenes escasea en la península, en Ibiza ellos son los más demandados. Es solo una de las estadísticas que se rompen en la isla.

Un camarero de las fiestas organizadas en el Ushuaïa puede llegar a cobrar más de 3.000 euros al mes, pero no son los mejor pagados. Las bailarinas cobran 4.000 euros mensuales, y son seña identidad de esta fábrica de ocio. “Nuestro trabajo es de fin de semana, pero como aquí hay fiesta todos los días trabajamos cada uno de ellos”, explica una bailarina.