"Muchos jóvenes y no tan jóvenes han salido de España en busca de oportunidades laborales por la crisis", explicaba Fátima Báñez en sede parlamentaria. "Eso se llama movilidad exterior", decía de forma desafortunada la ministra de Empleo.

Otros políticos, ante semejante situación, prefieren llamar a las cosas por su nombre: "Ingenieros, arquitectos y médicos lamentablemente no tienen trabajo en España", lamentaba Duran i Lleida recordando a tres de los gremios más afectados por la coyuntura económica.  "Es necesario encontrar a la generación perdida, que es la de los jóvenes", pedía Cándido Méndez.

"Eso se llama movilidad exterior"

Zapatero vio, al frente del Ejecutivo, cómo se pasaba del auge de la economía a la caída más estrepitosa. Los jóvenes sufrían entonces una expulsión del mercado laboral que aún no ha sido corregida. "Los jóvenes son quienes más sufren el problema del paro y la precariedad laboral", sentenciaba el político socialista.

Atención a la reflexión de González Pons sobre el exilio de los jóvenes: "Encontrar trabajo en cualquier país de la Unión Europea, si verdaderamente somos patriotas de Europa, es encontrar trabajo en nuestro propio país". Absolutamente turbador.

Rubalcaba intentaba sacar rédito electoral del problema juvenil y afirmaba: "Lo que buscan es lo que los socialistas les hemos querido ofrecer siempre, una vida decente en una Europa solidaria".

Para terminar, dos personalidades que sufren en el silencio de la noche cuando recuerdan el desempleo de los jóvenes españoles. Javier Arenas afirmaba: “Me quita el sueño que la mitad de los jóvenes no tengan oportunidades".  Una expresión que también utilizaba el mismísimo rey Juan Carlos. “Me quita el sueño pero es así, desgraciadamente estamos pasando por muy mal momento".