Podemos ha incluido en el argumentario de campaña sacar pecho de su gestión al frente de los ayuntamientos. Pablo Iglesias se refirió a la deuda de los consistorios que, un año después de que éstos cambiaran de color, se ha ido reduciendo. Pero, ¿han “terminado con ella”?

Las candidaturas en las que se incluyó o apoyó Podemos gobiernan en Cádiz, Barcelona, Madrid, Zaragoza, A Coruña, Valencia, Badalona y Santiago. El Banco de España publica la deuda viva de las entidades locales, una estadística trimestral para aquellos consistorios con más de 300.000 habitantes. Si comparamos la cifra de junio de 2015, cuando los ayuntamientos cambiaron de manos, con la de enero de 2016, estos son los datos que quedan:

En Barcelona, Ada Colau heredó 716 millones de deuda y cierra el primer trimestre de 2016 con 727 millones. La deuda no se ha reducido, si bien es cierto que la ahora alcaldesa arrebató el poder a Xavier Trias, de CiU, y no al PP. Podemos entender que Iglesias no se refería a este consistorio, puesto que menciona la deuda que dejaron “las administraciones del PP”.

En Madrid, Manuela Carmena asumió 5.637 millones de euros de deuda, que en el primer trimestre de 2016 han quedado en 4.729. También en Valencia Joan Ribó ha disminuido de 736 a 706 los millones de euros de créditos. En ambos casos, por tanto, se reduce la deuda, pero no ha desaparecido.

Zaragoza, sin embargo, es un caso llamativo. Pedro Santisteve se encontró con 821 millones de euros de deuda, y la ha disparado a 1093 en este primer trimestre de 2016. En cualquier caso, desde Zaragoza en Comú argumentan que el aumento de más de 200 millones se corresponde con la imputación de la deuda del tranvía que llevó a cabo el Ministerio de Hacienda, y que no se gastó entre enero y diciembre del año pasado, durante su gestión.