En un seminario sobre Lengua y Periodismo, la princesa pidió llamar a las cosas por su nombre, sin eufemismos, refiriéndose a los términos que se utilizan para hablar de la crisis. "No es lo mismo decir ayudas que rescates", explicaba Letizia.

Hay muchos políticos españoles que se pueden sentir por aludidos, como el caso de Zapatero, que en lugar de crisis utilizaba el concepto de "desaceleración transitoria de la economía española". Para el exdirigente socialista, la recesión era una "desaceleración más intensa". Pedro Solbes o María Teresa Fernández de la Vega también recurrieron a este eufemismo.

"Moderación en el incremento del desempleo"

Durante la legislatura de Mariano Rajoy también asistimos a grandes alardes eufemísticos. Es el caso de la ministra de Empleo, Fátima Bañez, que para informar sobre un incremento del paro prefiere utilizar la expresión "moderación en el incremento del desempleo".

El propio presidente es un maestro en arte de disfrazar palabras, y prueba de ello es su manera de referirse a los recortes que acometerá el Gobierno: "Tomaremos decisiones para reducir el déficit público".

Un tema que suele generar polémica es el éxodo juvenil en busca de oportunidades laborales. La titular de Empleo lo sabe y en lugar de emigración prefiere utilizar la expresión "movilidad exterior".

El ministro de Economía ha demostrado su fluidez en diferentes casos. Cuando De Guindos habla de subida de impuestos, lo que en realidad sale de su boca es “modificación de la estructura de la imposición en España”. Por su parte, Cristóbal Montoro explica la amnistía fiscal con las siguientes palabras: "Se abarata el mecanismo de regularización ordinaria".